De los momentos más difíciles surgen los grandes proyectos, así lo demostró la familia de Jesús Sandí y Nidia Ramírez, quienes superaron sus miedos y este mes celebran cinco años de estar en el mercado.
Iniciaron con la elaboración de artesanía en madera, ya hoy lo combinan con un vivero y ofrecen a los clientes sus plantas sembradas en bellas macetas elaboradas con artículos antiguos como cafeteras, ollas y picheles decorados con diferentes técnicas de artesanía.
Ubicados en Concepción de San Rafael de Heredia, se encontraron cinco años atrás, con que la empresa donde laboraba la cabeza del hogar, don Jesús, cerraría sus puertas. Su esposa, dedicada a las tareas del hogar, cuidaba de su hijo recién nacido y una pequeña en la escuela.
Al encontrarse sin un ingreso fijo, optaron por aprovechar los talentos de doña Nidia en artesanía, que había desarrollado como pasatiempo, sumado a su habilidad innata para las ventas, y la decisión fue la correcta, ya que han logrado superar todos los retos.
“Al principio yo solo tenía un serrucho herrumbrado, un martillo y unos clavos. El hermano de Nidia nos trajo un taladro de Estados Unidos, luego cuando me dieron la liquidación en la empresa compramos una sierra de segunda porque no alcanzaba para una nueva, después la caladora, la lijadora y otras herramientas”, comentó don Jesús.
Doña Nidia dejó de ser una alumna más en los cursos de decoración, para convertirse en una emprendedora que vende piezas en crudo para quienes gustan hacer las manualidades, sea para su casa o para vender.
Pero también ofrece artesanías listas para quienes prefieren llevarlas para obsequios, para decorar su casa u oficina.
Con el tiempo también se ha convertido en proveedora en diferentes centros educativos empresas para actividades especiales, como el día de la madre, del padre, de los abuelos, fomentando que los pequeños desarrollen sus habilidades decorando los obsequios para esas fechas especiales.
Incluso para actividades sociales, como bodas, cumpleaños, primeras comuniones, con detalles especiales para los recuerdos y la decoración del evento, dada la variedad de productos que ofrecen y la personalización de sus artesanías.
“Nos gusta la calidad, somos muy exigentes, si a nosotros no nos gusta el acabado de una pieza no la ofrecemos al cliente”, detalló doña Nidia, esa es parte del éxito y lo que les ha permitido que artesanías suyas se hayan enviado como obsequios a países tan lejanos como Japón. También han llegado a Colombia, Estados Unidos y Panamá, sea porque los compran personas que van a viajar o porque piden que lo envíen por encomienda.
Y por supuesto a todo el país mediante el servicio de Correos de Costa Rica y si es en Heredia ellos mismos los entregan al cliente, cuando así lo soliciten. También se puede visitar el taller en su casa y aprovechar su hospitalidad, tomarse un café y ver la variedad de plantas que tiene doña Nidia en su jardín, que son parte del vivero que planea abrir en cuánto los recursos se lo permitan para combinarlo con la artesanía.