Por María Carrillo para Heredia Hoy
Con la urbanización hemos ido perdiendo tierras en el valle central costarricense; hoy día vemos como los edificios verticales poblan el centro de la capital y las casas antiguas van desapareciendo, pues ya la gente no vive en ellas y su paso para ser espacios comerciales resultó de corta vida. En esos espacios de alto perfil, sus pobladores hacen áreas verdes para procurar tener un espacio visual atractivo.

La agricultura, los árboles frutales y los tradicionales cafetales ahora se pueden contar muy fácilmente en las zonas urbanas y cuando vamos al campo observamos la lucha de los agricultores por mantener en buena forma sus cultivos y sus fincas ganaderas.
Múltiples usos de plaguicidas
Sin embargo, para sostenerse la agricultura es la actividad que más emplea compuestos químicos que degradan el ambiente. El uso de plaguicidas consume hasta el 85 % de la producción mundial, con el fin de mantener control sobre las plagas. Solo alrededor de un 10 % de la producción total de plaguicidas se emplea en salud pública para el control de las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria, el dengue, la enfermedad de Chagas y el control de roedores entre otros.
Asimismo, la producción de alimentos muchas veces conduce al abuso de plaguicidas, y los brotes de plagas aumentan el riesgo para la salud humana y el ambiente, generándose más residuos contaminantes.
Los plaguicidas también se utilizan en la ganadería y en el cuidado de animales domésticos y de cría. De igual modo, el control de plagas en grandes estructuras como barcos, aviones, trenes, edificios y centros comerciales incrementa el abuso de estos químicos contaminantes.
En reservas naturales o artificiales de agua estos compuestos se emplean para prevenir el crecimiento de hierbas, algas, hongos y bacterias. En la industria se utilizan en la fabricación de equipos eléctricos, neveras, pinturas, papel, cartón y materiales para el embalaje de alimentos; con el fin de evitar el desarrollo de bacterias, hongos, algas, levaduras o que sean dañados por plagas de insectos y roedores.
En el hogar tenemos productos que se protegen como los cosméticos y los champús para preservarlos del desarrollo de hongos y bacterias; en repelentes de insectos y también en productos destinados al cuidado de mascotas y plantas se usan para atacar o prevenir ser infestados por insectos. También en las casas se aplican en áreas verdes ornamentales y de recreo como parques y jardines, para controlar la proliferación de insectos, hongos y el crecimiento de hierba y maleza.
Efectos de plaguicidas sobre el ambiente
La contaminación ambiental por plaguicidas se ve directamente afectada por las aplicaciones en los cultivos agrícolas, el lavado inadecuado de tanques contenedores, las filtraciones en los depósitos de almacenamiento y en los residuos descargados y dispuestos en el suelo entre algunos ejemplos.
Restos de plaguicidas se dispersan en el ambiente y se convierten en contaminantes para los animales, plantas, suelo, aire y agua amenazando su estabilidad y representando un peligro de salud pública.
Pesticidas Orgánicos
Los pesticidas orgánicos son aquellos que vienen de fuentes naturales como plantas, o minerales. La mayoría de los pesticidas orgánicos son insecticidas y por consiguiente aunque el producto sea considerado orgánico todavía es un plaguicida. Por lo tanto, es importante ser cuidadoso cuando se utilizan estos productos.
Para determinar la toxicidad relativa de algún pesticida a los humanos, hay que chequear las palabras claves que están en la etiqueta. Los productos menos tóxicos llevan la etiqueta, palabra clave que dice PRECAUCIÓN. Los productos con la palabra clave ADVERTENCIA son más tóxicos; los productos con la palabra clave PELIGRO en su etiqueta son muy tóxicos. Sin embargo, estas palabras de advertencia no indican su efecto tóxico al medio ambiente. Asegúrense de leer la etiqueta de todo pesticida y seguir estas exactamente las indicaciones.
Esfuerzos mancomunados
La Agencia de Extensión Agropecuaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería en Heredia, que tiene como área de influencia seis cantones, enlaza con diferentes instituciones para realizar un esfuerzo sostenido de capacitación para los agricultores, los dueños y responsables de proyectos agropecuarios.
El Extensionista de la Agencia del MAG Álvaro Ulate se da a la tarea de trabajar mano a mano con los agricultores bajo un enfoque de producción sostenible bajando la carga de plaguicidas y los costos de producción.
Este esfuerzo ayuda a reducir el impacto de los plaguicidas, pero aun en nuestra zona se utilizan se utilizan algunos productos químicos que generan focos de contaminación en la zona.
También el MAG contribuye a gestar proyectos de agricultura orgánica de manera individual y también hay productores buscan certificarse a nivel privado.
El MAG organiza de manera grupal personas productoras orgánicas para el mercado nacional y la Agencia de Extensión se encarga de realizar inspecciones mediante el Servicio Fitosanitario del Estado.
Asimismo, desde la Agencia se vela por el cuido de las plantaciones agrícolas y atiende las denuncias de ciudadanos cuando se ven afectados por malas prácticas agrícolas.
Además, se proporcionan guías para el desarrollo de BioInsumos para desarrollar una agricultura orgánica sostenible y cómo no todo productor puede tener su propia biofábrica.
La Agencia de extensión agrícola junto con representantes de otras organizacionesles da formación y capacitación entre ellas se destaca la participación de la Universidad Nacional con la Escuela de Ciencias Agrícolas y la Universidad Estatal a Distancia que desde hace dos años dá un curso especializado a los agricultores.
En nuestra próxima edición mostraremos cómo sembrar en nuestras mentes un cambio biosostenible en el agro de la mano con las organizaciones que ya trabajan en Heredia para lograrlo.