CENTRO EDUCATIVO NIÑO JESÚS DE BELÉN CELEBRA 19 AÑOS EN HEREDIA

Las hermanas: Juana Francisca Romero, Rosa Emilia Umaña Fonseca, Manuela de Jesús Chajón Castillo y Carina Liseth Ramírez Vásquez, dirigen el centro educativo.

Un centro educativo muy particular eligió Heredia hace 19 años para tener su segundo hogar, gracias a la donación del terreno por parte de la familia del padre Oscar Brenes, se trata del Niño Jesús de Belén, fundado por las hermanas Carmelitas de San José de la Comunidad Monte Carmelo, de Heredia, oriundas de El Salvador.

Se ubican en Barrio María Auxiliadora, actualmente cuentan con 264 estudiantes desde materno que los reciben a los dos años y medio hasta bachillerato.

Abrieron las puertas del centro educativo el 9 de febrero del 2004, con una visión de transmitir no solamente los conocimientos académicos, sino también la honradez, la formación en la fe, el amor a Dios y al prójimo, explicó la hermana Francisca Romero, quien está al frente del centro educativo.

la hermana Francisca junto al mural que representa a la fundadora de la congregación.

Los estudiantes disfrutan de una planta física en excelentes condiciones, rodeada de jardines, y con una pequeña capilla siempre abierta para quienes deseen pasar en su tiempo libre, cuenta también con biblioteca, cancha y en los diferentes espacios al aire libre futbolines y otros juegos para que compartan.

Este 9 de febrero, fue un día diferente, iniciaron con la misa para agradecer al Señor por llegar a los 19 años de servir en la provincia.

Luego de la misa, vino la cimarrona, el canto de feliz cumpleaños y la entrega de queque para todos: pequeños y grandes, una mañana donde se desbordó la alegría por el aniversario, antes de volver a las aulas.

Este árbol está elaborado con los nombres de cada estudiante matriculado este 2023

¿CÓMO NACE LA CONGREGACIÓN?

La hermana Francisca recordó que la congregación nace en El Salvador en 1916, la funda una mujer entregada a las obras de bien, Clara del Carmen Quiróz López, quien desde joven quiso servir a Dios, pero por obediencia a su madre, contrajo matrimonio a los 15 años.

Casualmente se casa con un costarricense, quien con los años la abandona con sus hijos y regresa a Costa Rica, muere en Limón.

Pero eso le permite a Clara segur sirviendo a los más necesitados, haciendo diferentes obras de caridad y siempre cercana a la iglesia, es por ello, que el obispo de ese entonces, le encarga fundar una congregación para seguir sus pasos, así nace la Congregación Carmelitas de San José, en 1916.

Madre Clarita es una mujer modelo de hija, esposa, madre y religiosa. Que en medio de las dificultades de su vida encuentra la respuesta a los diferentes retos ante la presencia de Jesús Eucaristía, experimenta y promueve el amor a la Santísima Virgen del Carmen escribiendo varias poesías que expresan una oración de petición, de fortaleza y de gratitud por su protección amorosa, así como la intercesión de nuestro Padre San José.

“Ella se reúne con algunas pocas señoras que conocía en la iglesia y los grupos, para iniciar esa experiencia de fe y obediencia y ayudar a la iglesia en lo que fuera posible, atendiendo enfermos y funda su primera escuela para niñas pobres, un internado, el Colegio Belén en Santa Tecla y además, les enseña talleres para que puedan ganar dignamente su vida inculcando la honradez, la fe, el amor a Dios y al prójimo”, comentó.

Con cimarrona y queque festejaron el 19 aniversario de abrir las puertas en Heredia.

 

Hoy la Congregación tiene presencia en 15 países en América, Europa y África, y siguen trabajando y orando para que la madre Clarita algún día sea declarada santa.

Llegan a Costa Rica por invitación de los sacerdotes Carmelitas que atendían la Parroquia Medalla Milagrosa en San José, quienes les cedieron la administración de la Escuela y el servicio de catequesis.

“Con el tiempo por falta de vocaciones los padres Carmelitas se fueron y llegaron los Combonianos, pero las hermanas siguen allí después de 26 años, dando respuesta a necesidades diversas, es una zona con características muy fuertes y ellas son felices sirviendo, alimentan a más de 20 estudiantes diariamente, aparte de otras necesidades de becas, descuentos, con una mensualidad muy baja. Las mensualidades de esta institución rondan los 65 mil con un servicio bastante esforzado en calidad”, detalló la hermana Francisca.

Diecinueve años después, el Centro Educativo Niño Jesús de Belén, cuenta con 40 funcionarios, y 264 estudiantes, desde materno hasta bachillerato.

Es así como conocen al padre Oscar Brenes y su familia, quienes se convierten en sus inicios en grandes padrinos de la obra, al grado que les donaron el terreno para edificar el colegio en Heredia, y siguen apoyándolos, junto con otras familias de buen corazón, que creen en su labor.

“Para nosotras lo más importante es que las personas se sientan felices, el enfoque no es solo académico, sino que llegue a la persona, a su familia, el acercamiento a Dios para el que quiere acogerlo, porque no todo el mundo tiene la misma apertura”, detalló.

Mantienen un programa de becas para estudiantes que no pueden cubrir la mensualidad, también de donación de útiles y uniformes, porque su labor va más allá de la educación formal, por ello, tienen estudiantes de diferentes partes del Gran Área Metropolitana, de familias que buscan una educación diferente.

 

IMAGEN DEL NIÑO JESÚS EN CONCHAS DE MAR

Alrededor del año 1945, en la Playa de Las Flores en el departamento de Sonsonate, Acajutla, un niño entre los 8 y 10 años, encontró adherido en una roca algo maravilloso: se trataba de la imagen del Niñito Jesús esculpida con minuciosos detalles completamente hecho de madrépora (masa calcárea, pétrea y porosa que se forma desde el fondo del mar y que posee una forma arborescente).

Era una cunita en forma de concha, el cuerpecito cubierto con lo que parece una copia exacta de pedazos de piel de algún animal marino, una corona en la cabecita, su carita esculpida, con mejillas rosadas, todo en una sola pieza.

El muchacho era hijo de pescadores, una familia muy pobre, que vivía  Izalco. Ellos conservaron la imagen dándole culto en Navidad como el Niño Dios de su nacimiento. Por esa época las Religiosas Hermanas Carmelitas de San José, guiadas por la superiora general, Madre Paula del Divino Salvador, visitaban el pueblo, y como era Navidad iban viendo los diferentes portales de casa en casa. Cuando llegaron a la casa de la familia del niño. Quedaron sorprendidas cuando vieron los detalles y les pidieron permiso para llevarlo a Santa Tecla.

Allí monseñor Chávez y González, después de un estudio aprobó que se le rindiera culto a la pequeña imagen del Niño Dios hecho de conchas de mar.

 

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