Una vez más, los constantes patrullajes que realiza la Policía de Fronteras, cerca de la línea limítrofe con Nicaragua, permite interceptar cargamentos de alimentos perecederos que constituyen una seria amenaza a la salud pública
El más reciente caso de este tipo se registró en Caño Rito de Upala, donde los oficiales interceptaron un vehículo tipo taxi carga liviana, el cual llevaba una mercadería cubierta con una lona.
Tras revisar la carga que iba a bordo, los oficiales solicitaron la documentación de rigor al conductor, un costarricense de apellido Umaña, quien no contaba con ningún tipo de permiso sanitario, ni certificado veterinario de operaciones para transportar un cargamento de aproximadamente 700 kilos de queso, cuyo valor podría ascender a 1.750.000 colones.
El producto estaba apilado en el cajón del vehículo dentro de bolsas plásticas, desprovisto de etiquetas, sin refrigeración y demás medidas sanitarias para su conservación y evitar que se contaminara.
Junto al conductor viajaba un nicaragüense en condición migratoria irregular, el cual dijo apellidarse Rocha, quien indicó que este queso fue introducido al país en un bote vía Río San Juan, luego de ser fabricado en San Carlos de Nicaragua.
El nicaragüense fue aprehendido y puesto a la orden de las autoridades de Migración y Extranjería para su correspondiente repatriación.
Del caso fue informado el Ministerio de Salud y la fiscalía local, mientras que el queso fue llevado al puesto policial de Tablillas de Los Chiles, tras lo cual la Policía de Fronteras solicitó la colaboración a la municipalidad de Los Chiles, la cual facilitó una maquinaria para destruir y enterrar los 700 kilos de queso en una fosa de gran profundidad.
Siempre en los cantones del norte del país, en otras oportunidades las autoridades policiales han interceptado cargamentos de queso en maleteros de buses y también cuando eran transportados a lomo de caballo, por lo cual el producto tenía impregnado pelos de equino.
A principios de año varias toneladas de queso fueron encontradas dentro de bodegas ubicadas en la zona norte con gran cantidad de larvas y pupas de mosca, entre otras condiciones insalubres.