Al año, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) desrama en promedio 190.000 metros lineales de árboles en la Gran Área Metropolitana (GAM). Este trabajo tiene como fin mejorar la calidad y continuidad del servicio eléctrico que la empresa brinda a sus clientes, al evitar interrupciones de suministro por caída de ramas producto de fuertes vientos o lluvias.
“Estas labores se realizan durante todo el año, pero se intensifican en el verano, para evitar que las lluvias y vientos del invierno generen interrupciones del servicio a nuestros clientes por caídas de ramas”, indicó Luis Fernando Andrés Jácome, director de Distribución de la CNFL.
Para este tipo de labores la CNFL cuenta con personal técnico capacitado no solo en seguridad eléctrica, sino también en anatomía y fisiología de plantas, identificación de especies, así como manejo de fauna, entre otros temas.
Además de esto, Andrés Jácome comentó que durante febrero el personal de Control de Vegetación, encargados de estos trabajos, participó de un intenso curso de actualización para la trepa y acceso de árboles de forma segura, impartido por expertos nacionales e internacionales.
“Si un cliente nota que un árbol cuenta con ramas muy cercanas a la red eléctrica, es muy importante que las reporte a la CNFL por medio de la línea gratuita 800-ENERGÍA (363-7442) o vía mensaje en las redes sociales de la empresa, ya que las consecuencias de esta manipulación podría generar afectaciones significativas en la salud de las personas”, afirma Andrés Jácome.
Con el desrame responsable de la vegetación, la CNFL busca una coexistencia entre la red eléctrica y la naturaleza, aplicando las mejores prácticas de la arboricultura, sin que esto afecte la vitalidad y preservación de los árboles en el medio urbano.
La CNFL desrama 161.000 metros lineales la como parte de su plan de mantenimiento de la red eléctrica, mientras que los restantes 29.000 metros lineales corresponden a solicitudes realizadas por clientes, mediante reportes.
El conocimiento técnico para la manipulación de árboles cercanos a la red eléctrica es vital a la hora de prevenir eventuales electrocuciones. Profesionales de la salud de la CNFL, confirman que una electrocución, puede generar desde una quemadura de segundo grado (ampollas sobre la piel) hasta afectaciones en órganos vitales como el corazón o los riñones.