En setiembre de 1921 tuvo lugar en Heredia, dentro de la conmemoración del Centenario de la Independencia Nacional, la “Solemne Procesión Eucarística acordada con motivo del Primer Centenario de Nuestra Independencia, como homenaje a Nuestro Señor y Nuestra Patria”.
Recientemente en visita al citado Archivo Bernardo Augusto Thiel, gracias a la colaboración de don Juan Pablo y don Marvin, funcionarios del mismo, dimos con un documento sumamente valioso, que lleva por título “Solemne Procesión Eucarística en la ciudad de Heredia con motivo del Centenario de la Independencia”, que es ni más ni menos, que el libro de actas del Comité que se encargó de la organización de tan solemne actividad, que está llena de hermosos y extraordinarios detalles, siendo el principal que la recuerda desde hace cien años, el monumento que se encuentra en el jardín norte de la iglesia Inmaculada Concepción, la Parroquia de Heredia.
El acta inicial de dicho Comité, espléndida en detalles y de un sentimiento cívico y religioso muy particular, legado de ese heredianismo de nuestros antepasados, dejó plasmado para la posteridad, lo siguiente:
“En la ciudad de Heredia, en el “Salón de Catecismo”, a las siete de la noche (o sea las 19 horas) del seis de agosto de mil novecientos veintiuno, reunidos los sres. Pbros. don Gregorio de J. Benavides, don Joaquín González y don Abel Castillo, don Nicolás Yanarella, don Rafael Martínez Ch., don Eliodoro Trejos, don Francisco Argüello, don Moisés Flores, don Mauricio Benavides, don Lorenzo Argüello, don Rafael Sequeira, don Gilberto Arguedas, don Juan Rafael Alfaro, don Abel Chaverri, don Alejandro Madrigal, don Amando Céspedes, don Juan J. Chaverri, don Juan Rafael Chaverri y Lic. don José Joaquín Chaverri; con el fin de conocer la proposición de celebrar en esta ciudad con un acto religioso, el Centenario de nuestra Independencia política, en vista de que, entre los festejos proyectados, no se conoce alguno que asuma, dicho carácter, se puso a discusión la idea y después de corta deliberación, fue unánimemente aceptada, por la consideración de que es nuestro deber dar Acción de Gracias al Todopoderoso por sus favores a Costa Rica en los primeros cien años de vida independiente y libre, y pedirle su Asistencia en lo porvenir, debiendo celebrarse como fundamental, una Solemne Comunión General, en la fecha que se dirá, y una Solemne Procesión Eucarística en uno de los días anteriores o posteriores al quince de Setiembre de este año, por las principales Calles de la ciudad, abarcando la mayor extensión posible, y con la cooperación de los Cantones de esta provincia, que se invitará con preferencia.
Al efecto se ha de engalanar la ciudad, se levantarán Arcos Triunfales, se adornará el exterior de las casas y edificios públicos y se procurará dar la mayor elegancia y brillantez al Acto, solicitándose la presencia y colaboración de las Autoridades Superiores Eclesiásticas y Civiles del país y de la provincia. Para el acuerdo anterior se tomó en cuenta la aquiescencia dada en consulta, de la Autoridad Eclesiástica.
- Para dar los pasos conducentes y dictar todas las providencias se nombró una Directiva Provisional, así: Presidente, Pbro. don Gregorio de J. Benavides. Vice – Presidente Lic. don José Joaquín Chaverri, Secretarios: Pbros. don José Joaquín González y don Abel Castillo. Tesorero don Nicolás Yanarella. Vocales, todos los demás asistentes a la presente reunión, más don Emmanuel Jiménez Bonnefil, Lic. don Víctor Trejos y don Eduardo Chaverri.
Se dispuso celebrar sesiones diarias, del nueve del corriente en adelante, a la misma hora de ésta para proveer todo lo concerniente a lo acordado.
A las 8½ pm. terminó la reunión firmándose una solicitud a la Municipalidad de este cantón, por medio del Sr. Gobernador, para que preste su concurso y conceda el permiso necesario para la ocupación de calles, locales y demás.
Gregorio de J. Benavides / Abel Castillo Vega, Secretario.”
Pero si ya los detalles de la Procesión Eucarística son excelsos, como lo testifican las fotografías de don Manuel Gómez Miralles, no menos es lo que indican las actas con relación al origen del pedestal del Monumento conmemorativo de la misma.
En el acta 16ª de la sesión celebrada el 6 de setiembre de 1921, en su artículo V indica: “Se presenta la comisión de albañiles compuesta de los Srs. Dn. Secundino Chavarría y don Bienvenido Peñaranda y exponen la idea sobre el arco de los Obreros. En vista de lo oído se acordó convocar a todos los albañiles a una reunión el próximo jueves, con el Comité Ejecutivo.” Como veremos más adelante, la propuesta de este gremio era la construcción de un arco conmemorativo de la ocasión.
Pero el 8 de setiembre de 1921, en la sesión 17ª, se escribió una página hermosísima en la historia de Heredia y Costa Rica, que nos refiere el artículo segundo y tercero del acta que recogió la misma:
“Art. II. Presentáronse los siguientes albañiles: Srs. don Secundino Chavarría, don Juan Rafael Solera, don Ramón de la O., don Gerardo Chavarría, don Albino Brenes, don Ricardo Hernández, don Valeriano Chacón, don Ramón Acosta, don Manuel J. Zúñiga, don Bienvenido Peñaranda, don Juan Raf. Villegas, don Manuel Saborío, don Elías Campos.
Después de haber oído el Comité las opiniones de los Srs. albañiles respecto al arco de Cemento Armado, acogió la nueva disposición de ellos: levantar por su cuenta el pedestal en que irá la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, contribuyendo para esto también los gremios de zapateros y panaderos, que se había unido con ellos para hacer el arco antes dicho. Como las de estos trabajos cuentan con lo que ya se ha recaudado entre los tres gremios: albañiles, zapateros y panaderos. Su trabajo comienza con la colocación de la primera piedra. Se acordó pedir un boceto al Ing. don Manuel Benavides.”
En el artículo tercero se anotó:
“Se hizo votación secreta para designar el director de los trabajos resultando así: don Ruperto de la O. con 10 votos y don Juan R. Solera con 3 votos.
Además se acordó que todos los albañiles pueden trabajar en esta obra siempre que se sometan a las órdenes del director don Ruperto de la O. Contento el Comité de haber arreglado las dificultades en que estaba este gremio por asunto del arco de cemento, cambiado ahora por el pedestal del Monumento, y después de haberse retirado ellos muy agradecidos, continuó la sesión.”
En la colocación de la primera piedra del Monumento, se sepultó junto a ella una alcancía de hierro, ahí mismo cerrada y soldada, “dentro de la cual se guardó para nuestros descendientes del año 2021, un pliego cuya leyenda…” dice así:
“En el año del Señor 1921, reinando felizmente el Papa Nuestro Santísimo Padre Benedicto XV Vicario de Cristo en la tierra, siendo Arzobispo de la Arquidiócesis el Excelentísimo Dr. Rafael Otón Castro Jiménez, ocupando la primera Magistratura de la Nación el ilustre ciudadano don Julio Acosta García, siendo Cura Párroco de la Vicaría Foránea de Heredia el Pbro. don Gregorio de J. Benavides, y estando en la Gobernación de la misma Provincia don Luis R. Flores, el día 18 de setiembre del año de la fecha se colocó esta piedra del Monumento que la católica ciudad de Heredia dedica a su amoroso Rey y Señor, el Deífico Corazón de Jesús, en prenda de su amor y devoción. Concurren también en esta glorificación los dos acontecimientos patrios: El Primer Centenario de la Independencia de Centroamérica y la segunda Centuria de la erección Canónica de la Parroquia de Heredia, por cuyo doble beneficio rinden público homenaje los hijos todos de esta provincia, queriendo que se guarde eterna memoria por medio de este monumento al Glorioso Corazón de Jesús, iniciado en la fiestas centenarias para su mayor gloria y para que se digne bendecir y hacer próspero y feliz a este pueblo que lo aclama su Rey y su Señor.”
Dentro de la alcancía de hierro se depositaron junto a este documento sublime, las monedas obsequiadas por don Benjamín Zumbado y que de acuerdo al artículo IV del Acta 16ª referida son: “$10.oo dollars. Una moneda Española del año 1816 que dice: Hispan et Ind. Rex (¿?) M(¿?) 1816. Fernando VII. República Lima. 1870. Un sol. Una moneda Francesa que dice:1813 (ilegible) Francais. Un cuarto de dollars. 2 décimos. Medallón Le República Centro Americana. 2 – R. 1849.”
Un detalle interesante, es que como se indicó en el artículo segundo de la sesión del 8 de setiembre de 1921, se le iba a solicitar a don Manuel Benavides Rodríguez, un boceto del pedestal para colocar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Hasta lo que llevo investigado y por lo dicho acerca del estado del libro de actas, se tiene el nombre de don Manuel en dicho documento. No obstante, en reciente visita al monumento, pude observar una inscripción en la base del mismo, al ras del suelo en el costado oeste, de un nombre que parece ser el de Gerardo Rovira, arquitecto barcelonés, que radicó en Costa Rica a partir de 1908 y que tuvo a su cargo importantes y valiosas obras arquitectónicas.
No obstante, el dato más hermoso de la historia de este monumento, es que la colocación de su primera piedra y la elaboración del sobrio pedestal donde está colocada la venerada imagen del Sagrado Corazón de Jesús, fue posible gracias al gran esfuerzo y sacrificio, lleno de patriotismo y devoción, de los albañiles, zapateros y panaderos heredianos, representando así al pueblo humilde en esta extraordinaria obra dedicada a Dios y a la Patria.
Por lo que representó a nuestros antepasados esta conmemoración y su monumento, pronto estaré presentando ante la autoridades municipales del Cantón Central de Heredia y de la Iglesia Católica, la propuesta para que este monumento erigido al Sagrado Corazón de Jesús y a la celebración del Centenario de la Independencia Nacional, sea declarado el Monumento de la Independencia Nacional de Heredia, para que en cada conmemoración del Mes de la Patria, sea tomado en cuenta el mismo y no olvidemos jamás el heredianismo que lo levantó, especialmente el de nuestro pueblo sencillo y humilde, representado en los gremios de albañiles, zapateros y panaderos…
Fuente: Archivo Histórico Arquidiocesano Bernardo Augusto Thiel; Biblioteca Digital del Sistema Nacional de Bibliotecas de la Benemérita Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano y Maritza Cartín.