“Las personas no tienen idea de lo que es presenciar el último momento de vida de una persona y más triste cuando expiran por covid-19 porque el momento es desesperado”, explica Carol Díaz Calderón, enfermera del Hospital México, quien ha acompañado a varias personas en sus últimos momentos. Esto la ha llevado solidarizarse y humanizarse más con las familias de los dolientes.
“Es un instante donde todo acaba y por más experiencia que se tenga nunca deja de conmover e impactar. Uno jamás se acostumbra a ver pacientes irse de este mundo, menos aún cuando la causa es covid-19”.
Carol es vecina de Sarchí, ya casi llega a los 36 años de trabajar en la Caja, actualmente labora en el México, uno de los cuatro hospitales dedicados a la atención de personas con el virus Sars-cov-2 que causa el covid-19.
“Todos los días son distintos, las jornadas son diferentes y cada fallecimiento es particular. Yo siempre que ingreso al hospital me encomiendo a Dios y me pregunto ¿Cuál será mi misión de hoy» contó la enfermera.
“Una vez que la persona se declara fallecida hay que empezar a desconectarlas de los equipos. Los cuerpos se deben desprender de las vías, hay que desintubarlos, retirarles las sondas y todo aquello que esté sujetado a ellos. Cuando a mí me toca preparar los cuerpos elevo una plegaria a Dios mientras suavemente cierro sus párpados y cruzo sus manos, eso me da tranquilidad y es algo que brota de mi corazón” explica Carol Díaz Calderón.
Cada persona que muere confirmada con covid-19 requiere de dos bolsas, según el protocolo que establecieron el Ministerio de Salud y la Caja y sólo una persona hace el reconocimiento del cuerpo.
Para que ese momento de reconocimiento del cuerpo sea menos traumático Carol Díaz Calderón promueve, con la dirección de enfermería del Hospital, que a los cuerpos sin vida se les ponga un poquito de color y se les rocíe algún perfume para promover un digno adiós.
“Hace unos días tuve que preparar una persona y su rostro estaba tan descompensado que le pedí a una compañera me ayudara a ponerle un poquito de color en sus pómulos, frente, nariz y labios. Fue tan gratificante y satisfactorio ver como cambió la apariencia de la persona fallecida que me motivé para hacer una propuesta a la dirección de Enfermería para que, siempre que se pueda, se maquille un poquito el rostro de los fallecidos que es lo único que se verá por 15 minutos cuando el familiar llegue a reconocer el cuerpo a la morgue” contó.
Para la doctora Silvia Beirut Bonilla, directora de Enfermería del Hospital México, esta idea de Carol podría ser un gran valor agregado para que el adiós sea más digno y para que esa persona que va a ver el cadáver de su papá, mamá, hermano o tío sea lo menos impactante posible.
“Es mucho el trabajo que tenemos, pero estas ideas las recibo con alegría porque esto demuestra la gran calidad humana de los profesionales de enfermería de este hospital y de la CCSS. Esto no conllevará gastos institucionales, los insumos como maquillaje, lápiz labial, rubor y sombras correrá por cuenta de los trabajadores, entre nosotros mismos aportaremos lo que se necesite para que esta idea humanitaria sea una realidad” dijo la doctora Beirut.
USÓ SU PROPIO MAQUILLAJE
“Yo dispuse de mi maquillaje para embellecer algunos cuerpos, la primera que maquillé un poquito fue una mujer bastante joven, a ella incluso la peiné. Fue inevitable no llorar porque uno se pone en el lugar de la familia de ellos y sufre en silencio, uno es humano y no deja de sentir, por eso lucharé para que las caritas que no volverán a verse por nuestro hospital y por las comunidades costarricenses se vayan con más colorcito. Así ayudaremos, también, a que la persona encargada de reconocer el cuerpo se quede con un recuerdo aceptable de su familiar que yace sin vida” concluyó la enfermera.
Para el doctor Douglas Montero Chacón, director general del hospital México, todas las acciones que se hagan en beneficio de las familias costarricenses cuentan con el apoyo de la dirección.
Cada idea, cada ejecución que haga el personal del hospital México se realizan con los extremos cuidados que exigen y demandan los protocolos del Ministerio de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social.