FINCA FLOR DE ABRIL EXPORTA CAFÉ A COREA Y AUSTRALIA

Los amantes del buen café pueden darse un gusto con el café Catuai que nace en las faldas del Volcán Barva, en la finca Flor de Abril, y cuyo sabor ha conquistado mercados en Corea y Australia.

Fernando Guerrero Rodríguez, asumió la administración de la finca en el 2018 para ayudar a su madre que era quien había estado al frente, siguiendo la tradición de su abuelo. Pero en un año después, en abril, fallece y queda el joven Fernando, al frente de un tesoro familiar, donde respira a cada paso los recuerdos, pero con su entusiasmo y deseos de salir adelante, transforma ese dolor en fortaleza para darle un nuevo impulso a lo que entonces era solo un cafetal.

“Yo me hice cargo en 2018 y empecé a analizar que el modelo de negocio que había de venta de café en fruta, no era rentable, el margen de ganancia era muy poco versus la inversión, entonces empecé a investigar y a capacitarme en temas de captación, de barismo, en esto de fermentaciones controladas, buenas prácticas agrícolas y todo para empezar a enfocarlo como una unidad productiva, como un agronegocio y no como una finca, hemos logrado posicionarnos en el en el mercado local, y el año pasado exportamos a Australia y a Corea”, comentó.

“Es vacilón, porque yo soy de los que mandaron a estudiar con la premisa de que no se tuviera que dedicar al campo y aquí estoy dedicándome al campo, pero con una visión de agronegocio, si siguiera haciendo lo que hacían mis abuelos el negocio no sería  rentable, y creo que puede llevar la caficultura a la quiebra si no se hace un cambio”, comento.

Sus estudios en Mercadeo y Publicidad le han permitido promover de una manera diferente sus productos, los que ahora conoce mucho mejor, porque es él quien trabaja a diario en el campo, desde alimentar a las gallinas y recolectar la cuita para usarla como fertilizante, hasta hacer los viveros de árboles para sombra, y por supuesto, todo el proceso para renovar el cafetal.

También es quien sale a distribuir los huevos, el café y algunos vegetales en Heredia, Alajuela y San José, en una ruta que elaboró para vender en tiempos de pandemia y que se ha ido incrementando con el paso del tiempo.

“En este momento estoy dando clases en la UCR, puedo combinar ambas cosas, la finca está en un punto donde podría dejarla en piloto automático por momentos, que es lo que estoy haciendo ahorita para poder hacer consultorías, para dedicarme a vender café que es en realidad en lo que me debo enfocar, porque para invertir en la finca hay que vender. Yo visito cafeterías para ofrecer el producto. La pandemia sirvió para estabilizar los procesos aquí y se que puedo dejar la finca en ciertos momentos para hacer otras cosas, he ido logrando un equilibrio”, comentó.

CUIDA TODOS LOS DETALLES

El cafetal inicia en el vivero, donde toman las semillas y las preparan para germinar, luego las pasan a bolsas de mayor tamaño y esperan a que tengan el tamaño adecuado para llevarse el almácigo y sembrarlo en la finca.

“Usamos la variedad Villa Sarchi, por su potencial de calidad de taza, se ha cruzado con el híbrido de timor que es un cruce entre arábico y robusta, a mí me gusta porque se está dejando de sembrar y puede tener una oportunidad de mercado para el futuro. El sabor de esta variedad es diferente, el café de Costa Rica es muy dulce y con buena acidez, pero este tiene muy buen dulzor y acides, perfil cítrico, a nueces, en la finca hemos trabajado fermentación controlada, con el uso de microorganismos con biotecnología y con esos microorganismos se hace fermentación alcohólica y cambia el perfil del café”, detalló Fernando.

También aprovecha los árboles de sombra para hacer lotes, de manera que algunas plantas tengan una variedad de árboles diferente, para ir adaptando las variedades de café y sombra, según las necesidades de la planta.

La finca está dedicada totalmente a café de especialidad, y el proceso inicia con el cultivo de la semilla, trasplantarla a bolsas, esperar dos meses a que germine, luego trasplantar las plántulas, y después llevarlas al campo, para esperar a que la planta esté en edad de producir, que pueden ser tres años, de allí la importancia de la planificación, ya que todo el proceso para la primera cosecha puede tardar hasta cuatro años.

Su objetivo es además de exportar, poder ofrecer un café de calidad para los amantes del buen café, ofreciendo calidad de exportación para disfrutarlo en cafeterías o incluso en casa, ya que el café se puede adquirir por medio de las redes sociales de la finca.

“Durante estos cinco años yo he tenido por medio del Ministerio de Agricultura capacitaciones, otras con el INA donde el MAG hace esa intermediación, por ejemplo, nos solicitaron que  dijéramos los cursos que nos interesa para el próximo año, el MAG está haciendo esa gestión de puente entre una institución pública y los productores, para hacer una alianza público privado, y ayuda a gestionar eso en colectivo, que es más fácil a que yo haga una petición individual,  siento que sí hay realmente un apoyo para el productor y en Santa Bárbara el MAG se ha ido adaptando a las tecnologías, en capacitaciones y todo”, comentó.

 

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