Tras el asesinato de su padre, embarazada y recién divorciada Fiorella Morera se echó sobre su espalda la administración de la empresa familiar para apoyar a su madre Idalie Bogantes y juntas reconstruir la fábrica de candelas Frangus, que había sido creada por su padre y que elaboran entre sus principales productos los cirios que utilizan las iglesias.
Fue así como llegaron a San Joaquín de Flores hace 16 años, compraron un terreno cerca de la línea del tren con la ilusión de construir una nueva fábrica e iniciar de nuevo, dejando de lado los momentos difíciles.
No era algo nuevo para doña Idalie Bogantes, educadora de profesión. Una mujer valiente que desde niña aprendió de su madre que para alcanzar sus sueños debía sacrificarse y trabajar muy duro. Desde pequeña aprovechó la lucha de su madre para que las mujeres de la familia estudiaran y así logró su título.
Muy joven se casó con Álvaro Morera, quien se dedicaba a vender a los tramos del mercado productos variados, y según nos contó doña Idalie, comenzaron a pedirle candelas, y en ese entonces en el país solo había una fábrica y no le entregan la cantidad de producto que él requería para sus clientes.
Emprendedor como era, buscó una rápida solución y en poco tiempo tenía una rueda para elaborar las candelas y así llevar el producto que sus clientes le pedían. Así nació la Candelería Patarrá hace 40 años, que luego se convirtió en Frangus.
“Hace 20 años un incendio provocado en la fábrica quemó todo, fue pérdida total. Pero nos quedó la clientela que confió en nosotros, dijeron los esperamos y continuaron con nosotros hasta la fecha”, recordó Fiorella Morera.
Doña Idalie recuerda como sentada en las gradas de la casa frente a la fábrica la veía arder y solo le pedía a Dios que las facturas no se quemaran, porque de lo contrario no podría seguir con el negocio.
“Cuando nos dejaron entrar, lo primero que hice fue ir a buscar las facturas y estaban intactas”, recordó doña Idalie, quien comentó que proveedores de materia prima les dieron crédito y pudieron sacar los pedidos de los cirios, ya que el incendio fue muy cerca de la Semana Santa, cuando la fábrica tiene uno de sus picos de trabajo ya que proveen cirios a muchas iglesias del país.
LE DIMOS UN GIRO AL NEGOCIO
“Cinco años después del incendio de la fábrica matan a mi papá, ahí en la empresa llegan 3 sujetos le disparan y salen caminando y se van, como a las 8 de la noche. Yo estaba embarazada de mi hija, todo se juntó, mi exesposo fue conmigo al funeral y después del funeral me dijo hasta aquí llego, me voy. Y yo con 6 meses de embarazo. Todo el mundo se nos vino encima en ese momento, y no iba a dejar a mi mamá sola, conversamos y a partir de ese momento me metí de lleno en la Fábrica”, recordó Fiorella.
Su llegada le dio un giro al negocio, sin dejar de lado los productos como cirios, pero con nuevas líneas de velas decorativas y una nueva estrategia de comercialización aprovechando su preparación como administradora en finanzas.
“La empresa comenzó cuando yo estaba en el kínder, recuerdo que en ese entonces vendían moldes de chocolate y yo hacía conejitos de candela, los pintaba con esmalte de uñas, porque no había tanta gama de pinturas como ahora y los dejaba secar casi un mes, de ahí creo que comencé a amar lo que ahora hago”, comentó Fiorella quien es parte de la Asociación Latinoamericana de Fabricantes de Velas y eso le permite refrescar conocimientos en esa área.
“Cuando comenzamos los supermercados no nos abrían las puertas, excepto Walmart que tiene una mano para crecer donde estimulan al pequeño empresario. Me reuní con una de las personeras y me dijo desarrolle una línea de productos y lo acomoda en la góndola, esa apertura no la tuvimos nunca con nadie. A raíz de la mano de ellos, pude exhibir la línea”, agregó.
Actualmente cuentan con una sala de exhibición en San Joaquín de Flores, así como los catálogos en la tienda virtual www.velascr.com o mediante Facebook donde se encuentran como Velas y Candelas, para estar más cerca de quienes desean un producto diferenciado.
Sus velas se elaboran con cera de palma y soya, y muy poca parafina, así como aromas naturales, de manera que sean muy amigables con el ambiente. Todos sus productos son libres de plomo.