Durante la visita del presidente de la República, Rodrigo Chaves, a la delegación de Fuerza Pública de Sagrada Familia, se comprometió a «poner en el congelador» el cambio de horario de seis días de trabajo por cuatro libres.
Diferentes oficiales expusieron al mandatario su agradecimiento por visitar la delegación, ya que es la primera vez que un presidente se acerca a conocer las condiciones en que laboran.
Hizo un recorrido por las instalaciones, iniciando por la cocina, donde revisó las ollas, y escuchó el planteamiento acerca de los insumos, ya que en algunos momentos del mes, la comida no es «arroz con pollo» como este viernes.
También caminó por las habitaciones, donde con el cambio de roles, que busca mantener más policías por turno, no hay suficientes camas para los oficiales, quienes comen y duermen en las delegaciones donde laboran.
Incluso se encontró con que los bombillos de una de las áreas de dormitorio no encendía, y son parte de las necesidades que han externado sobre las condiciones de las diferentes delegaciones, ya que en muchas las condiciones son deplorables, como circuló un video de una en Limón, donde tuvieron que colocar colchones en el piso para acomodar a los efectivos.
También revisó los baños, que según los policías no funcionan bien y los olores son nauseabundos, también le expusieron la necesidad de capas y botas para el personal, especialmente en invierno, el mal estado de uniformes, hasta desteñidos por el sol, y que no les entregan más para poder sustituirlos, así como la falta de repuestos para las motos y patrullas, por lo que muy a menudo, ellos sacan de su salario para hacer cambios de aceite o cambiar escobillas.
Otra de las preocupaciones mostradas por los efectivos son el no pago de horas extras, ya que las laboran y en ocasiones pasan hasta ocho meses para que se las paguen, y en otros casos, nunca llega el pago.
Así como el no reconocimiento de los títulos por los diferentes estudios que realizan, con el propósito de mejorar sus ingresos, además de superación personal, pero al no haber ese pago, se sienten defraudados porque no se les alcanzan los recursos para hacer frente a sus obligaciones familiares.
Precisamente por no ser suficiente el salario para cubrir sus necesidades, muchos tienen trabajos en su tiempo libre como repartidores de comida, y al cambiar los roles de la forma que se planteó, no podrían continuar haciéndolo, lo que afecta directamente los ingresos que reciben.