Una de las joyas históricas de San Pablo de Heredia es su templo, conocido como la iglesia vieja, la cual fue cerrada desde el año 2012, por que el Ministerio de Salud alertó de los problemas en las columnas y el sistema eléctrico.
La comunidad no se resigna a dejar perder su joya, por lo que han organizado en coordinación con las Hermanas Misioneras de La Asunción, quienes tienen a su cargo el templo, diferentes actividades para restaurarlo.
Iniciaron con un bingo, ventas de garaje y comidas especialmente tamales y sopa de mondongo, con eso ajustaron 15 millones, lo suficiente para pagar los estudios, los planos y todos los permisos para reabrir el templo, lo que implica una inversión de 200 millones de colones.
Ese impacto lejos de echarlas para atrás las hizo buscar nuevas formas de generar recursos, fue así como, teniendo como modelos a las hormigas, tomaron la titánica labor de recaudar esa suma de dinero, y para ello están realizando una rifa que tiene como primer premio un Toyota Hilux 2020; el segundo premio son casi 2 millones en menaje de electrodomésticos y el tercero un viaje a Cancún con todo incluido para dos personas.
El sorteo se realizará el 16 de febrero, por lo que invitan a colaborar con la compra de acciones las cuales se pueden conseguir en diferentes puntos de San Pablo y Heredia, también mediante depósito en la cuenta bancaria de las hermanas Misioneras de La Asunción, y le guardan las acciones, para que participen en el sorteo, incluso le envían la fotografía de las acciones que le correspondieron y pueda reclamar el premio.
¿PORQUÉ ES IMPORTANTE EL TEMPLO?
La construcción templo inicia en 1860 y finaliza el 26 de enero de 1863, constaba de 10 metros de ancho por 23 de largo, una mezcla de adobes, madera y teja. Fue declarado Patrimonio en el año 2002 y diez años después clausurado por el Ministerio de Salud.
Sus paredes de bahareque tenían valiosas pinturas que fueron dañadas por el agua; sin embargo, en el cielo raso de madera se conservan las obras de arte pintadas por José Montford y Miguel Arguello, el mismo pintor herediano de los frescos de la Parroquia Inmaculada Concepción de Heredia.
Su techo de teja a dos aguas sufrió las inclemencias del clima, y las columnas, bellos horcones de cedro o roble canteados, han cedido al paso de los 163 años de levantados y requieren una intervención urgente, antes que cedan y se pierdan los casi dos siglos de historia herediana que sostienen.
Sus pisos de ladrillo fueron colocados en 1864 y mantienen su belleza gracias al esmero de las monjitas que se esmeran en su cuidado, al igual que el de las imágenes antiguas que se conservan dentro del templo y lo más importante, el Sagrario.
Su campanario fue traído de Inglaterra en 1887 y se mantiene incólume saludando a los pableños, como recordando que está allí, y solo espera que le permitan volver a repicar.