SANCHO PANZA NOS INVITA A REFLEXIONAR SOBRE LA VIDA

El reconocido periodista José David Guevara nos ofrece una obra especial para deleitarse en el tiempo libre.

Sancho Panza, escudero de don Quijote de la Mancha, se niega a aceptar el hecho de que su señor haya muerto en el último capítulo de la famosa novela de don Miguel de Cervantes. Se le ocurre entonces que la única manera de «resucitar» al Caballero de la Triste Figura es robándose las páginas donde se relata su fallecimiento.

Así lo hace y causa un enorme trastorno en esa obra publicada en 1605, la primera parte, y 1615, la segunda parte, ya que de repente vuelve a estar vivo aquel hombre que enloqueció con las muchas lecturas y enfrentó molinos de viento sobre el lomo del caballo Rocinante.

«Mi único deseo es mantener vivo a don Quijote, pero en su anterior condición de caballero andante para que siga haciendo justicia en este mundo cada vez más injusto», dice el labriego en el capítulo diez de En busca de Sancho, un libro recién salido del horno editorial y escrito por el periodista costarricense José David Guevara Muñoz.

«En mi modesta opinión y con sumo respeto por la creación de Cervantes, Sancho era tan grande como don Quijote. Sin su escudero, el caballero de la triste figura habría sido el caballero de la lamentable fisura», dice Guevara Muñoz sobre el hecho de que en esta obra el protagonista sea el escudero y no el caballero.

En este texto, Sancho Panza huye con el capítulo 74 de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha y se interna en distintos libros de la literatura universal y costarricense en busca de respuestas a las inquietudes sobre la vida y la muerte que lo atormentan.

De esta manera tiene conversaciones existenciales con personajes como Noé, el del Génesis; Gregorio Samsa, de La metamorfosis, de Franz Kafka; el cíclope Polifemo, del poema épico Odisea, del griego Homero; Uvieta, de Carmen Lyra; Marcos Ramírez, de Carlos Luis Fallas, y Santiago, el pescador de El viejo y el mar, de Ernest Hemingway.

Discute también con Frankenstein, de Mary Shelley; los liputienses, de Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift;  El flautista de Hamelín, de los hermanos Grimm; Mauricio Babilonia, de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; Gepeto, el papá de Pinocho, de Carlo Collodi, y Zorba, el griego, de Nikos Kazantzakis, entre otros personajes.

En su búsqueda de explicaciones sobre el sentido de la vida, Sancho Panza reflexiona también en torno a uno de los poemas del autor costarricense Jorge Debravo.

Al mismo tiempo que el escudero salta de libro en libro, tras él van Antonia, la sobrina de don Quijote, el bachiller Sansón Carrasco, el barbero y el cura.

Se trata, pues, de un relato de búsquedas en donde la existencia, sus misterios y dudas son un gran signo de interrogación.

«José David emprende una reflexión ética sobre el vivir, entendiendo por esta la búsqueda del buen vivir, como lo hicieron los griegos, dejando atrás los fantasmas del castigo o de la culpa», explica el politólogo Constantino Urcuyo en el prólogo.

¿Y en qué concluyen las búsquedas? Para ello hay que leer las 185 páginas de En busca de Sancho, el cual fue ilustrado por Casa Garabato.

El precio del libro, que no está a la venta en librerías, es de ¢24.000. Quien esté interesado en adquirirlo, puede ponerse en contacto con el autor por medio del correo electrónico josedavidgm2020mail.com para coordinar el pedido, pago mediante transferencia bancaria y envío por mensajería.

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