La tragedia se parece ensañar con una familia domingueña, la imagen de la pequeña Yerelin Guzmán recorrió todo el país, mientras era buscada por cada rincón entre Santo Domingo y Heredia, tras su desaparición el 11 de julio del 2014.
La familia nunca pudo recuperar su cuerpo, ni tener certeza de lo que había ocurrido, aunque un experto del OIJ en su momento explicó que era muy probable que había sido asesinada, pero no encontraron las pruebas para acusar al principal sospechoso, un primo de la menor.
Precisamente el hombre de apellido Guzmán, primo de la niña fue condenado a 5 años de prisión por la sustracción de la niña, y por abuso sexual. Y los jueces lo absolvieron por dudas de tres delitos más de abuso contra dos hermanos de la pequeña de seis años.
Y la mañana de este martes, la madre de la pequeña Yerelin Guzmán, Hellen Calvo Bolaños, fue encontrado sin vida en la habitación de un hotel josefino.
La mujer de 38 años de edad, aparentemente tendría dos meses de embarazo; sin embargo, esa información no ha sido confirmada por las autoridades, ya que será luego de la autopsia que se confirme o descarte, así como las causas de la muerte.
Lo cierto es que los hijos de la familia, perdieron a su hermanita, vivieron el calvario del juicio contra su primo, el juicio de la madre por incumplimiento de la protección de Yerelin y ahora también la muerte de su madre.
Este año Yerelin cumpliría 15 años, si no le hubiesen apagado la vida hace nueve años, cuando apenas tenía seis, ahora se encontrará con su madre en el más allá, para celebrarlos.
LA DESAPARICIÓN DE YERELIN
La noche del viernes 11 de julio del 2014, la pequeña de seis años, fue a la pulpería cercana a la casa en Santa Rosa de Santo Domingo, acompañando a su primo, última persona en verla con vida, y a quien se culpó de su desaparición.
Familiares, amigos, vecinos, personal de Cruz Roja, Fuerza Pública y Bomberos buscaron durante más de ocho días a la menor, sin encontrar nada.
Las autoridades en un allanamiento a la vivienda del primo, encontraron gotas de sangre en un zapato tipo tenis del sujeto, y también en un abrigo de hombre.
Las pruebas forenses realizadas a las gotas de sangre determinaron que correspondían a la niña desaparecida.
También determinaron que una gota fue por transferencia, es decir, que el abrigo rozó alguna herida de la niña y la otra por salpicadura, lo que solo se explica si la menor fue víctima de algún tipo de agresión que la haría sangrar lo suficiente para salpicar a quien llevaba esa prenda.
El principal sospechoso fue a prisión por la sustracción, pero nunca se responsabilizó a nadie por su muerte, la cual sigue siendo un misterio.