URGE CERRAR LAS BRECHAS DEL DISTANCIAMIENTO SOCIAL EN LA EDUCACIÓN

Si algo dejó en claro el fenómeno del aislamiento social motivado por el Coronavirus es que las personas lidian con él de maneras diferenciadas, sin embargo, entre todos los grupos etarios, es probable que uno de los segmentos demográficos más impactados haya sido el de la niñez y la juventud, la interrupción de sus dinámicas de interacción además de impactar sus habilidades de socialización e integración a contextos como el escolar, también significó un retroceso en sus capacidades académicas.

No es un síntoma local, sino más bien global, en esto coinciden los educadores costarricenses Esteban Monge y Sue Leitón, quienes comparten dos características en común, por un lado, ambos trabajan dentro del sistema educativo norteamericano y han experimentado el antes y el después de la llegada del Covid 19, y por otro, forman parte de los educadores reclutados por el programa Participate Learning que genera intercambios para que educadores de todo el mundo vayan a enseñar a niños y niñas en edad escolar en Centros Educativos de Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia, y puedan gozar de una educación multicultural.

Esteban Monge es educador de segundo grado de primaria, allí se relaciona con niños y niñas con edades entre los 7 y los 8 años aproximadamente. Este año Esteban cumplirá cinco años de haber iniciado su trabajo en los Estados Unidos. Para este maestro escolar ha sido evidente el cambio en sus estudiantes.

Sí, cuando volvimos a la presencialidad, detecté varias brechas, pero de ellas, el tema más sensible es el componente emocional. Al volver físicamente a los salones de clase, había niños y niñas que pasaron este tiempo de pandemia sin compartir tiempo con otros niños de su edad. Para muchos fue impactante el hecho de tener que salir de casa, prepararse para ir al centro educativo, ajustarse a las reglas dispuestas por la institución para prevenir contagios y tener que interactuar con otros chicos y chicas de su edad, todos estos factores fueron motivo del surgimiento de algunos casos de ansiedad y estrés”, explicó Monge.

De manera similar se expresó la maestra Sue Leitón, quien a diferencia de su colega Esteban Monge, es profesora de estudiantes de quinto grado de la escuela, es decir, niños y niñas con edades entre los 10 y los 12 años. “Ciertamente la niñez tiene capacidad para superar los retos emocionales que se le presentan, pero también es verdad que estamos en medio de un periodo de ajuste. Para muchos volver a clases fue un salto muy grande y se les ha vuelto complejo seguir rutinas y apegarse a reglas o incluso restricciones”.

¿Cómo superar las dificultades en la educación?

A través de su experiencia fuera y dentro del país, los maestros Esteban Monge y Sue Leitón, señalan que, pese a las diferencias que puedan existir entre distintos sistemas educativos, existen factores comunes que pueden ayudar a los educadores a superar las brechas educativas que se vienen arrastrando desde el tiempo de pandemia.

Creo que una de las claves es la comunicación, con niños y niñas, con los padres de familia, con los colegas y los administrativos que brindan apoyo. Por ejemplo, con los estudiantes, yo acostumbro a hacer chequeos, para saber cómo se sienten, incluso uso juegos tradicionales costarricenses, que les gusta mucho, para generar confianza, socializar mejor y generar una mejor disposición para el aprendizaje que les ayude a superar las dificultades académicas”, explica Monge.

En este sentido Monge brinda a los maestros una serie de recomendaciones prácticas que a él le han funcionado, entre ellas, no iniciar la clase directamente con la materia sino con actividades que promuevan la socialización y la conversación, como una forma para romper el hielo. También hacer cortes breves de descanso activo entre lecciones y explicarles muy bien las rutinas y expectativas para el día de trabajo escolar ya que esto les ayuda a desempeñarse mejor en clase

Sue Leitón, por su parte, concuerda en la importancia del componente emocional en los estudiantes como un disparador para la recepción de nuevos conocimientos o aprendizajes. “Lo primero es motivar a los estudiantes señalándoles las expectativas que se tiene de ellos, no se puede tener un proceso académico sin antes tener una conexión con los estudiantes, esta conexión les ayuda a reforzar sus logros. Si no hay una relación positiva con el estudiante el proceso académico se vuelve más difícil, por eso, utilizar estrategias de motivación es clave para el reto de superar los baches académicos”.

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Participate Learning se encuentra en búsqueda de nuevos maestros reclutas para su próximo año escolar en los Estados Unidos. Interesados pueden aplicar en participatelearning.com

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