El volcán Poás, mantiene una actividad importante, según los últimos informes del OVSICORI, y las poblaciones vecinas dan reporte de la salida de columnas de gas y fuertes olores.
«La red de sismógrafos y sensores de infrasonido ha registrado señales asociadas a una desgasificación fumarólica vigorosa, manifestada a través de las fumarolas en el fondo casi seco del cráter activo», detalla el informe
«Durante las últimas 24 horas, se ha observado una señal sísmica de tremor volcánico con frecuencias entre 0.6 y 4 Hz, lo cual está relacionado con la erupción continua de vapor, gases y ceniza. Este tremor, en su mayoría, está asociado con la salida fuerte de jets o chorros de vapores, gases, aerosoles, agua, cenizas y fragmentos de roca a través de conductos fumarólicos estrechos, generando un ruido característico en las bocas fumarólicas», agrega el informe emitido esta tarde.
La concentración de dióxido de azufre (SO2) en el mirador para visitantes ha alcanzado un máximo de 3.5 partes por millón, mientras que el sistema MultiGAS en el borde oeste del cráter ha mostrado valores estables de gases, con una razón SO2/CO2 de 0.4. Sin embargo, la razón H2S/SO2 ha experimentado un aumento notable, pasando de 0.6 a 1.2. Además, el MultiGAS registra una concentración de SO2 de 20 partes por millón.
Los habitantes de poblaciones cercanas al volcán Poás, principalmente al oeste, suroeste y sur, han reportado olores a azufre y algunos síntomas de afectación en la salud, como dolores de cabeza, náuseas e irritación de las mucosas (ojos, nariz, boca, piel), e incluso sangrado nasal. Desde el 29 de marzo, se han registrado caídas de cenizas en localidades como Sarchí, Grecia y Zarcero.
Las condiciones ambientales muestran una dirección predominante del viento hacia el sur-sureste, con una velocidad de 38 km/h según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN). A pesar de esta actividad volcánica, la cima del volcán Poás se mantiene despejada.