Por primera vez en la historia, el obispo metropolitano, monseñor Rafael Quirós visitó la bóveda de la Niña Marisa, quien podría convertirse en la primera santa costarricense, cuyos restos mortales descansan en el cementerio municipal de Heredia.
La máxima autoridad de la Iglesia Católica del país presentó una ofrenda floral e hizo una oración, dentro del mausoleo, un espacio pequeño al que se ingresa por detrás del mausoleo que luce en el camposanto.
En él se encuentra una pequeña mesa con un libro, tarjetas y mensajes en papeles doblados, donde los devotos de la Niña Marisa han anotado los favores concedidos por intercesión de la pequeña a quien desde hace décadas en Heredia se le conoce como santa.
Aunque sea hasta este año que el obispo inició la investigación para presentarla a la Causa de los Santos en el Vaticano, donde valorarán toda la información y documentación, para determinar si existe algún milagro y así iniciar el proceso para llevarla a los altares.
“Esta es la primera vez que la visito y con gran alegría, ciertamente, porque estamos pidiéndole al Señor la beatificación de la Niña Marisa y que sea el mismo Señor quien nos vaya guiando en todo este proceso y sobre todo nos sintamos estimulados para lograrlo”, explicó el arzobispo tras rendir tributo en el mausoleo de la pequeña santa herediana.
Afirmó que hay mucha esperanza en que se logre la beatificación, primer paso en el camino para declarar santo a una persona.
“Siempre debemos estar deseosos de que un ejemplo como el que ella nos dio siga fortaleciendo en nuestro caminar, y especialmente para el caminar de los jóvenes”, agregó.
Ha hecho favores y milagros
José Alberto Gamboa, quien se casó con la hermana de la niña Marisa, es la persona que más conoce de ella, no porque la conociera en vida, sino porque tanto su esposa, como su suegra, le contaban las historias de Marisa.
“No la conocí físicamente, pero creo que soy el que se más de Marisa, por mi esposa y por mi suegra. Me contaban que era una niña muy virtuosa, muy caritativa. Ella hacía favores y aquí hay un libro de favores, porque el favor es muy circunstancial el milagro es diferente se de favores y de milagros que ha hecho”, comentó don José.
No quiso detallar más sobre los milagros que podría haber hecho la niña Marisa para no entorpecer la investigación que realiza la Iglesia.
Milagro podría ser Herediano
Precisamente durante la visita del obispo al cementerio, varias personas se acercaron para acompañarlo y contarle los milagros y favores de la niña santa en sus familias.
Carolina Marín, una vecina de Santa Bárbara de Heredia, quien aseguró que su hija nació con hidrocefalia y ella la puso en manos de la Niña Marisa para que la sanara, y hoy su hija es una prueba viviente de cómo su fe la sano.
“A mi me han enseñado en el Hospital chiquitos que tienen hidrocefalia y yo iba a estar como ellos, pero no es así, yo estoy bien, solo tengo una válvula aquí en la cabeza se puede tocar, y es porque mi mamá se lo pidió a Marisa, por eso me pusieron ese nombre a mi también”, comentó la joven, quien estaba en el Hospital San Vicente de Paúl la mañana que el obispo visitaba Heredia y al enterarse que irían a la tumba de la niña santa, decidieron acompañarlo.
Su caso, al igual que muchos otros, han sido presentados a la Comisión que investiga las obras de la Niña Marisa, donde se espera confirmar al menos un milagro hecho después de la muerte de la niña santa, que permita llevarla junto con todas las pruebas y testimonios al Vaticano.
Otro de los casos que suenan con más fuerza como posible de corroborar, es el de una reconocida familia del centro del cantón, cuya hija estuvo postrada en coma por largo tiempo y gracias a la fe de la familia que pidió la intercesión de la santa Herediana, se sanó.
Ambos casos se mantienen bajo una exhaustiva investigación, y una vez que hayan cumplido con la rigurosidad que exige la Iglesia para darlos por verdad, serán dados a conocer por la Comisión, pero pareciera, que son muchas las posibilidades que sea precisamente un milagro hecho en Heredia, el que permita respaldar la petición para que la Niña Marisa inicie el camino a los altares.
“Es muy significativo, puesto que es una demostración de que en medio de la dificultad se puede responder a los llamados del Señor y con la ayuda de Dios todo se puede alcanzar y que los jóvenes vean que, en medio de tanta dificultad, de tanta propuesta falsa, la única propuesta que se debe seguir es la de Dios”, detalló el obispo al finalizar su visita al cementerio Herediano que incluyó una ofrenda en la tumba del padre Vargas.