Costa Rica está enfrentando la tercera ola de contagio del COVID-19 y aunque se mantienen las estadísticas de casos positivos y fallecimientos, un 25% de la población experimenta resiliencia alta y aproximadamente 40%, resiliencia muy alta, frente al 12,5% de las personas que contestaron la encuesta que enfrentan resiliencia baja y el 1,4% resiliencia muy baja. Esta condición es más fuerte en mujeres que en hombres, de acuerdo con los resultados del estudio sobre salud mental desarrollado por la UNED y la UNA.
El estudio “Salud mental y relaciones con el entorno en tiempos de COVID-19” entregó nuevos datos que fueron analizados por el equipo de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y la Universidad Nacional (UNA), en una investigación apoyada por el Ministerio de Salud, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y personas expertas de España.
Los datos recolectados indican porcentajes del 28% de resiliencia alta y 36% de resiliencia muy alta para las mujeres, frente al 23% y 43% respectivamente en hombres. En tanto, las personas de 50 años en adelante presentan los porcentajes más altos de resiliencia, con un 71% para las personas de 50 a 59 años; 80% en las de 60 a 69 años, y el 100% de las personas de más de 70 años.
“Las personas con porcentajes más bajos en resiliencia muy alta, son las de 30 a 39 años (19%) y 40 a 49 años (30%)”, puntualizó la investigadora principal, Eva Carazo.
Estos datos del estudio provienen de una muestra de 1.262 personas, quienes completaron un cuestionario en línea, durante el periodo comprendido entre marzo a setiembre 2021, en su primera medición del año y la tercera desde que inició la investigación.
Eva Carazo Vargas, investigadora de la UNED y coordinadora del estudio, señaló que el aumento en los puntajes de resiliencia con respecto a los obtenidos en 2020 indicaría que una buena parte de la población parece haber encontrado maneras flexibles y saludables para adaptarse a las nuevas circunstancias. Recordó sin embargo que los resultados en cuanto a depresión, ansiedad y estrés siguen configurando una grave crisis de salud pública, que requiere atención prioritaria.
Más resiliencia. La investigación observó la resiliencia según el nivel educativo, encontrando porcentajes del 59% de resiliencia alta y muy alta en personas con educación primaria, un 65% en personas con estudios secundarios y técnicos, y un 74% en personas con estudios universitarios.
En cuanto a las personas que contestaron la encuesta y permanecen sin empleo ni ocupación, un 34% y 7% presentan porcentajes más bajos en resiliencia alta y muy alta, de forma respectiva. Las personas con trabajo a tiempo completo presentan un porcentaje de 68% y, junto con las personas que se dedican a labores del hogar (69%), tienen los porcentajes más altos por tipo de ocupación.
El miedo al COVID-19 ha disminuido. Más de un 90% de los hombres manifiestan no tener miedo al virus, frente a un 55% de las mujeres. Al revisar grupos etarios, entre el 80 y 90% de personas adultas jóvenes manifiestan no tener miedo al COVID-19.
Las personas entre 30 y 60 años de edad manifiestan no tener miedo al COVID-19 de un 60% a un 80% aproximadamente. Las personas en condición de vulnerabilidad socioeconómica (no trabaja ni estudia) manifiestan tener más miedo que personas estudiantes o trabajadoras (a tiempo completo o tiempo parcial).
Entre las personas trabajadoras, aquellas que se ocupan de ventas en locales o servicios directos, muestran mayor miedo al COVID (64%). Por último, las personas que no se han vacunado expresan menor miedo (81%) que aquellas que sí se han vacunado (62%).