Más de cincuenta horas de trabajo continúo, dos días en que más de un centenar de trabajadores cavaron con palas y picos, acompañados de socorristas y bomberos, con una pausa en la noche del sábado para retomar fuerzas, han marcado la vida de los pobladores de Abangares, en medio de la zozobra por el dolor de una familia.
Este domingo con los primeros rayos del sol se retomaron los trabajos, ya con maquinaria, lo que hacía suponer que las esperanzas de encontrar a Isaac Villalobos con vida eran vagas.

Con mucho esfuerzo por lo complicado del terreno, a eso de la una de la tarde, llegaron con la maquinaria al punto específico donde los perros especializados marcaron la posibilidad de que el cuerpo esté, y en esa área se mantuvieron los trabajos por varias horas, hasta dar con el cuerpo.
A las 2:20 de la tarde logran ubicar un bolso que aparentemente pertenecía a la víctima, lo que llenó de expectativa a quienes llevaban horas; sin embargo, cuándo la esposa se acercó para reconocerlo, se descartó, pero si era de un compañero que estaba cerca al momento del accidente, lo que les dio esperanza de estar muy cerca.
A las 2:30 se suspende el trabajo de la maquinaria, para que ingresen los perros especializados en búsqueda y rescate de personas para guiar con su olfato los trabajos.
A las 2:45 se retomaron los trabajos con la excavadora, en el sector que uno de los perros señaló.
Mientras tanto, José, hermano de Isaac, quien también estaba al momento del deslizamiento, pero logró ser rescatado a tiempo por sus compañeros, antes que el derrumbe cayera en su totalidad, se recupera con su familia, a la espera de que aparezca el cuerpo de su hermano.
A las 3:40 se pararon los trabajos con el equipo e ingresaron nuevamente los perros especializados en búsqueda y rescate.
Minutos después comenzó a llover con mucha fuerza en la zona, lo que llevó a suspender los trabajos de búsqueda minutos después de las 4 de la tarde, debido a lo inestable del terreno, para resguardar la vida de personal de socorro y mineros que participan en la búsqueda.
Las imágenes de las minas muestran el riesgo en que viven a diario la gran cantidad de personas que se dedican a la extracción de oro en Abangares, una actividad legal en esa zona, pero en la que exponen sus vidas a diario entre los túneles, para llevar el sustento a sus familias.