El Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), confirmó la detección de un brote del caracol gigante africano (Achatina Lissachatina fulica) en una zona residencial de la provincia de Heredia, lo que genera preocupación por el impacto que esta plaga podría tener sobre la agricultura local y nacional.
El caracol gigante africano es considerado una de las plagas más temidas a nivel mundial por su capacidad de propagarse con rapidez y causar daños significativos en diversos cultivos. Además del impacto directo sobre la producción agrícola, su presencia puede afectar la competitividad del país en el comercio internacional, debido a las restricciones que imponen los mercados ante plagas cuarentenarias.

Según explicó el director ejecutivo del SFE, Nelson Morera, aunque el brote se detectó en una zona residencial, el riesgo de dispersión es alto, por lo que se desplegaron equipos técnicos para inspeccionar el área, identificar la extensión del problema y recolectar los ejemplares para su eliminación segura. El hallazgo se logró gracias a la colaboración de vecinos que alertaron a las autoridades.
El Achatina fulica es un molusco originario del este de África que se alimenta de hojas, tallos, brotes y frutas de una gran variedad de plantas. Entre los cultivos más vulnerables se encuentran el café, cacao, frijol, maíz, hortalizas y ornamentales. Su capacidad de adaptarse a diferentes ambientes y reproducirse rápidamente lo convierte en una amenaza de difícil control si no se actúa a tiempo.

La propagación de esta plaga ocurre principalmente por la acción humana, al transportar tierra, plantas, herramientas o materiales contaminados con huevos o ejemplares. También puede desplazarse a través de corrientes de agua o aprovechar condiciones de humedad y temperatura favorables. En climas tropicales como el costarricense, estas condiciones son ideales para su establecimiento.
El SFE recomienda a la población no tocar los caracoles sin protección, ya que pueden portar bacterias y parásitos perjudiciales para la salud humana y animal. En caso de avistamiento, se debe notificar inmediatamente a las autoridades mediante los canales oficiales, colocar los ejemplares en un recipiente cerrado y esperar la llegada de los inspectores sin aplastarlos ni desecharlos en la basura.
La institución enfatiza que, aunque el área afectada no es agrícola, la cooperación ciudadana será clave para evitar que el caracol se desplace hacia zonas de cultivo.
En Costa Rica, la presencia de esta plaga había sido registrada por primera vez en Curubandé de Liberia, Guanacaste, en 2021, y no se había detectado en otras regiones hasta ahora.
El brote en Heredia representa una advertencia sobre la importancia de la vigilancia fitosanitaria y la participación comunitaria en la detección temprana de amenazas biológicas. De no controlarse, esta especie invasora podría poner en riesgo la productividad agrícola y el equilibrio ecológico de la región.



