¡Costa Rica, lo mejor está por venir!, con esta frase cerró su primer mensaje al país el nuevo presidente de la República Rodrigo Chaves, quien aseveró que ordenar y reconstruir el país en los próximos cuatro años, será el objetivo principal del nuevo presidente Rodrigo Chaves Robles.
“Es el momento de dejar atrás las viejas prácticas que tanto nos cobra, y con toda razón, el pueblo costarricense. Aquí no hay distingos entre oficialismo y oposición: si una vez más la clase política falla, el país se podría desmoronar”, afirmó el presidente Rodrigo Chaves en su primer mensaje al país.
El presidente señaló que este cambio no puede ser alcanzado por la voluntad de una sola persona, sino por el carácter de los miles de costarricenses que, con su trabajo honrado y entrega incuestionable, construyen la patria día con día
Aumento en la pobreza, falta de empleo, hambre, apagón educativo, listas de espera en la Caja, el acoso y la violencia contra las mujeres, fueron parte de los temas abordados por el nuevo gobernante, quien aseguró que la fuerza del pueblo prevalece y con esa fuerza y el compromiso se puede salir adelante.
“La idea de la casa ordenada se esfuma ante la realidad del país, la realidad es muy distinta y nos resulta innegable”, aseveró en alusión a la rendición de cuentas de Carlos Alvarado quien ha asegurado que la casa queda en orden.
Detalló que “nos estamos viendo ante un espejo cuya imagen no nos gusta, porque nos presenta dos caras que no parecen conciliarse. En ese espejo nos encontramos ante el rostro de un país cuyo nivel educativo había sido ejemplar en la región latinoamericana, pero cuya calidad de la educación se ha ido deteriorando, lo que compromete, a mediano y largo plazo, la prosperidad de nuestra nación”, agregó.
En su discurso, el presidente mencionó dentro de los ejes importantes a trabajar, la actual crisis en el sector educativo y su objetivo de fortalecer el nivel académico de los más pequeños de los hogares, ya que son el futuro del país.
“Hoy enfrentamos con valentía la inminente obligación de reparar el país y luchar con la convicción de que Dios nos ampara y que es solo por medio del trabajo honrado de nuestras manos y no por el espíritu indolente del conformismo que lograremos construir una patria digna para nuestros hijos e hijas. No solo vamos a ordenar la casa. ¡La vamos a reconstruir!
¡Este es el signo de nuestros tiempos, es la urgencia inaplazable por el cambio, el grito sordo de una democracia que no dejaremos desaparecer! ¡No voy a aceptar la derrota, no tenemos por qué aceptar la derrota!
Se comprometió con los adultos mayores para que tengan una vejez digna, porque ellos construyeron el país del que se disfruta hoy.
También se comprometió con los pueblos indígenas a reparar la deuda histórica que nos ha separado como si fuéramos distintos, cuándo todos somos costarricenses, con las mismas necesidades y aspiraciones.
Aseveró que respetará la autonomía de las universidades públicas, pero que eso no significa despilfarro… “Es una ardua tarea la de forjar el futuro de la juventud, que requiere eficacia y eficiencia en el uso de los recursos públicos”. Un mensaje similar dirigió a los empleados públicos, a quienes llamó a servir a sus conciudadanos y apoyarlos, pero el abuso y el aprovechamiento no serán tolerados.
“Al sector privado, fuerza primordial del motor de nuestra economía, les digo: les dejaremos trabajar. Quitaremos también los obstáculos que históricamente han impedido a los y las emprendedoras tomar el lugar que se merecen como piezas clave del desarrollo del país.
Sí les dejaremos trabajar, pero también les decimos a aquellos empresarios que han extraviado el norte de la ética: ¡No corrompan a nuestros funcionarios!”, aseguró
“También tengo algo que decirles a quienes usan nuestro territorio como puente para exportar y almacenar drogas: dense por notificados. ¡Busquen otro territorio! No toleraremos su presencia en nuestra patria. A los corruptos, a los que dirigen el crimen organizado, a los que atemorizan a nuestra ciudadanía en las calles, no les daremos tregua”.
Si el estado no puede garantizar la seguridad de sus habitantes, hemos fracasado como país, y el fracaso no es admisible para quien sirve a la Patria con amor.
Se comprometió con la población LGBTIQ a no retroceder en el reconocimiento de los derechos que han logrado a lo largo de sus luchas por la equidad y el aprecio por la diversidad.
“A los inversionistas, el país se hace responsable de sus deudas, nunca hemos fallado en pagar, haremos lo que tengamos que hacer para honrar nuestras obligaciones con nuestro pueblo, con nuestros empleados públicos y con nuestros acreedores”.
Enfatizó que se acabaron los monopolios privados y los privilegios de las políticas públicas para favorecer a unos a costa de la mayoría.
“Demostrémosle a Costa Rica la mayor valentía de todas: la capacidad de sentarnos a la mesa, mirarnos a los ojos con transparencia y llegar a consensos que le traigan paz, tranquilidad y desarrollo a nuestra nación… En Costa Rica, gracias a Dios, no existe un solo soldado armado y adiestrado como tal, no tenemos un cañón, menos un tanque de guerra o un avión de combate, ni barcos artillados o acorazados surcan nuestros mares. No somos una amenaza militar para absolutamente nadie. Oremos por la solución pacífica de la guerra de Rusia contra Ucrania”, indicó.