EDIFICIO DEL VIEJO HOSPITAL DE HEREDIA DICE ADIÓS

El ocaso del viejo edificio del hospital de Heredia llegó. En febrero iniciaron los trabajos para demolerlo, el terreno tiene más de diez mil metros cuadrados.

Tras 151 años de estar en pie -la parte más antigua del edificio- en febrero de este año iniciaron los trabajos para demoler el viejo hospital de Heredia, en su lugar se levantará una nueva clínica que vendrá a desahogar al Hospital San Vicente de Paúl, cuyas edificaciones se hicieron pequeñas para atender las necesidades de la población.

Actualmente es gracias al apoyo que brinda la clínica Francisco Bolaños, que el área de Emergencias del Hospital da abasto con la tarea, atendiendo los pacientes más graves, mientras en la clínica se reciben urgencias durante las 24 horas del día.

La población herediana ha crecido, y el edificio inaugurado hace 14 años, ya se hizo pequeño, incluso se habla de la necesidad de una torre médica para ampliar el número de camas y poder brindar la atención requerida.

La clínica cuyo inicio de construcción está previsto para el próximo año, será clave para mejorar los servicios de salud de la población herediana.

CON EL FERROCARRIL LLEGÓ EL HOSPITAL

Los heredianos que ya peinan canas recordarán que no es casualidad que el viejo hospital se construyera al lado de la línea del tren, dado que fue precisamente la primera estación del tren la que albergó al hospital herediano en sus inicios.

La edificación en madera se construyó por la empresa del ferrocarril, y fue inaugurada el 6 de agosto de 1872, según el Centro de Patrimonio Cultural, pero funcionó para esos fines solo por tres años, ya que un grupo de vecinos solicitó al presidente Tomás Guardia que se construyera una estación de pasajeros a unas cuatro cuadras del centro, ya que la existente estaba lejos en el extremo de la ciudad.

El gobernador de Heredia en ese momento, Juan Vicente Gutiérrez, al enterarse que la estación del ferrocarril se trasladaría de lugar, envió una carta el 10 de mayo de 1875, al presidente de la República explicando la necesidad de la ciudad de contar con un hospital que evitaría la muerte de tantas personas por falta de una adecuada atención médica.

Y el 26 de mayo llegó la respuesta: un sí, siempre y cuándo ese terreno y la edificación se utilizaría únicamente para el propósito planteado, que era convertirlo en el hospital de la ciudad.

En medio de muchas dificultades se inauguró el Hospital San Vicente de Paúl el 4 de abril de 1889, 18 meses después de lo esperado, y con solo lo básico para funcionar, gracias al trabajo de la Junta de Caridad, que levantó de las cenizas el hospital que aún sin inaugurarse fue casi destruido por un ciclón que golpeó la ciudad el 2 de agosto de 1887, y los gastos para repararlo ascendían a los mil colones.

A lo largo del tiempo le fueron haciendo ampliaciones, hasta la nueva farmacia, que quedó con muy poco uso cuando el 15 de julio del 2009, se trasladó al entonces, moderno edificio que lo albergaría, al sur de la provincia, cerca de la calle ancha, donde se hacía la feria del agricultor.

TERMINAN AÑOS DE ABANDONO

Después del traslado al nuevo edificio, el bullicio de los pasillos del viejo edificio se apagó, se acabaron las filas afuera para sacar cita, las sirenas anunciando la llegada de pacientes graves cesó, y poco a poco el lugar se fue quedando en el olvido.

Mientras se realizaron trabajos de reforzamiento de la clínica Bolaños, algunos servicios del área de salud Cubujuquí estuvieron funcionando en lo que fue la farmacia, el área más nueva del viejo hospital, pero fueron traslados el año anterior, para entregar el edificio a la empresa que se encargará de los trabajos de demolición que costarán cerca de 572 millones de colones, ya que es un terreno con más de diez mil metros.

Tras años de abandono, en febrero muchas personas volvieron a ver movimiento en el viejo hospital, acompañado de un carro que anunciaba a los vecinos que empezarían a destechar para demoler el edificio, y eso causaría algunas molestias como polvo y ruido.

Volvieron entonces a recordar las historias de la monja que vaga por los pasillos de la capilla hacia los salones llevando agua para los pacientes, así como los recuerdos de quienes vieron nacer a sus hijos, o fueron a despedir a un ser querido en agonía.

La nostalgia embarga a muchos de los heredianos al pasar por el viejo edificio, según lo han evidenciado las redes sociales, porque habría sido ideal que hubiera protegido la parte antigua la primera estación del tren, e incluso declararla patrimonio, como lo es la estación del tren que sustituyó, pero en su momento no se hizo y ahora el deterioro es demasiado para recuperarla.

Con el tiempo, los alrededores del viejo edificio fueron tomados por la indigencia, no son pocos los asaltos a peatones en la zona, con la demolición se comenzará a escribir una nueva historia, las propiedades vecinas recuperarán valor, se reactivarán los comercios, nuevamente volverá el bullicio al lugar.

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