La ilusión de tener un futuro mejor hace que estos niños realicen sus tareas y trabajos de la escuela sentados en un balde y usando otro con una tabla como mesa, a falta de mejores condiciones.
Doña Wendy Chamber, la madre de los menores acudió a Heredia Hoy para tocar el corazón de la familia herediana en busca de una mesita para que los niños puedan hacer sus tareas más cómodamente.
La situación económica de sus padres los llevó a vivir todos en un cuarto en la parte trasera de la casa de sus abuelos, en La Lucía, en Guararí de Heredia, ya que su padre quien trabaja en construcción se quedó sin empleo y su madre tampoco tiene trabajo.
“Nosotros alquilábamos porque en el IMAS nos ayudaron con el Plan Puente al Desarrollo, por eso yo entré a estudiar, antes solo tenía sexto grado, ahora ya estoy en noveno en el Colegio Nocturno de Guararí, pero ahora que mi esposo se quedó sin trabajo no nos alcanza para pagar alquiler”, comentó.
Por eso volvió a un cuarto que tiene su madre y allí en ese espacio apenas entran las dos camas, los otros electrodomésticos como su refrigeradora y la cocina están en la sala de su mamá, y teme que se le vayan a dañar por falta de uso.
Si usted puede colaborar con estos niños, puede comunicarse con doña Wendy al teléfono 6241-0179, y darles la oportunidad de hacer de sus estudios un momento menos complicado.
“Estamos cocinando en la cocina de mi mamá”, comentó con gran dolor, ya que sus hijos sueñan con tener un techo propio donde vivir, ya que actualmente cuando los pequeños llegan del Cen Cinai deben pasar el resto del día en un cuarto donde apenas caben las camas y los baldes en que se sientan para hacer las tareas, pintar o comer.
“Con nosotros viven tres de mis hijos Uno de 12, 6 y 4 años, el de 6 años es Matías, que es asmático crónico, y en el Hospital me piden que esté en un lugar donde no haya humedad y tenga ventilación, para que no le afecte, y aquí hay frío y todo lo que le afecta al chiquito, eso me tiene muy preocupada”, explicó.
“Yo sigo estudiando porque espero tener una mejor calidad de vida para mis hijos, para darles algún día lo que ellos sueñan que es una casa, cuando Dios me mande una casita seré la mujer más feliz del mundo”, agregó con ilusión de poder alcanzarlo cuando nuevamente tengan trabajo ella y su esposo.