Karolina Sánchez es un ejemplo de éxito y fe. Una microempresaria que entró a un mercado dominado por varones y sin temor fundó hace 17 años Proarsa. Hoy una mediana empresa de seguridad, ubicada en San Lorenzo de Flores, que nació con solo dos personas abriendo brecha, tiene un lugar de reconocimiento en éste campo y la componen más de 30 colaboradores, pero sigue soñando en crecer para bendecir a más familias con su trabajo.
Ha debido enfrentar situaciones muy difíciles y es testimonio de que los milagros existen, ya que Dios la sanó de un tumor y esto la hizo ver con ojos muy diferentes la vida. “Hay que levantarse de los problemas sabiendo que Dios tiene el control, que estamos aquí de paso, debo vivir con sentido de eternidad sabiendo que la vida es efímera pero somos eternos, respetando cada ideología y cada religión, coincidimos en que existe un Dios, una eternidad y vamos a pasar allá”´, afirma.
¿Cómo nace Proarsa?
Fue un proyecto de la universidad, estaba sacando mi bachillerato en Administración de Empresas, y en uno de los cursos que se llamaba Nuevas Empresas tuve la oportunidad de desarrollar este proyecto, en ese entonces mi socio trabajaba en el mercado de la seguridad. Para el año 97 el tema de seguridad electrónica era algo novedoso y existían pocas empresas en el país. Hice la empresa en papel, fue mi proyecto y la sorpresa fue que un año después en julio de 1998, se hizo realidad.
Comenzamos operaciones con 6 clientes, que eran familiares, en condiciones bastante limitadas, con una central de monitoreo diseñada por un amigo ingeniero electrónico, en donde los mismos socios éramos los que monitoreaban, instalaban, vendíamos, en fin como inicia la mayoría de las empresas familiares, desde abajo. Para el año 2002 iniciamos con respuesta armada en Heredia.
¿A partir de cuánto asume la dirección de la empresa?
Para finales del 2011 me toca asumir la presidencia de la empresa en momentos en que mi vida había sido golpeada por un tsunami. Tres años antes me había desligado mucho de la empresa porque mi mamá enfermó, me dediqué a cuidarla y a apoyar a mi papá con su empresa, poco después murió un tío que era como otro papá, luego mi enfermedad y vino una ruptura con mi socio, lo cual me correspondió tomar las riendas de la empresa. Cuando llegué me encontré con una seria situación en donde tenía que decidir por dos caminos, vender la empresa así como estaba o asumir y seguir adelante, fue gracias al apoyo de mi papá y su gran corazón, tuve la oportunidad de conseguir capital para levantarla y gracias a Dios, con mucho esfuerzo de todo un equipo de trabajo que me ha rodeado, hoy Proarsa ha sido exitosa.
¿Cómo es la experiencia de una mujer en un negocio tradicionalmente de hombres como es la seguridad?
Fue todo un reto, ya que estaba pasando por una etapa muy difícil en mi vida, pensé por un momento creer no estar preparada, pero si lo estaba y lo he logrado, me sentía sola y tenía miedo, sin embargo empecé a capacitarme y a capacitar al personal, a rodearme de personas de principios y valores con conocimiento del tema en la seguridad, fue todo un trabajo en equipo.
Creo en la capacitación constante y en las alianzas estratégicas, por eso nos incorporamos a la Asociación Latinoamericana de Empresas de Seguridad. ALAS, la cual es una gran organización liderada por los mejores gerentes y líderes de la industria de la seguridad a nivel latinoamericano y somos miembros activos de la Asociación Costarricense de Empresas de Seguridad. ACES, una organización compuesta por menos de 30 empresas privadas en el campo de la seguridad, ya que para ser miembro hay que cumplir con una serie de requisitos como estar al día con la CCSS, el INS y con todo lo que establece la ley. Puedo decir con orgullo que somos una Pyme que se encuentra entre las grandes empresas privadas del país, cumpliendo a cabalidad con todo, creemos que esa es la forma de diferenciarnos, ofreciendo al cliente la garantía de calidad y servicio.
Al participar a nivel internacional y nacional con esta clase de organizaciones, amplia más el conocimiento y la confianza, eso permite ver más allá las tendencias, estar actualizado, aprendiendo de grandes líderes de la industria. Esto me ha ayudado a ser más segura, a ganarme el respeto de los demás y saber que no estoy sola, ya que he conocido muchas mujeres que lideran este mercado principalmente en México.
Ahora son representantes de ALAS en Costa Rica
Si, con el tiempo nos convertimos en sus representantes para Costa Rica, nosotros organizamos los grupos para llevar a cabo certificaciones enfocadas a las empresas en el segmento de la seguridad en coordinación con ALAS, ellos envían sus instructores internacionales que vienen al país cada tres meses aproximadamente, certificando cursos de alarmas, cctv, cuartos de control y otros temas de interés para dicho mercado. Esto nos ayuda a tener una buena relación con otras empresas de seguridad cosa que nos parece muy saludable e interesante.
¿Cómo logra acomodar las tareas de madre con las de gerenciar la empresa?
Fácil no fue. En ese momento mis dos hijos, estaban pequeños, de once años y la menor de año y cuatro meses. Venía saliendo de un divorcio complicado, ya mi mamá no estaba porque había fallecido tres años antes, y de un momento a otro debo dedicarme por completo a la empresa. Los niños se quedan sin la mamá en la casa, tenía que lidiar con la parte afectiva y psicológica, hubo momentos muy difíciles, pero Dios es fiel y con sus fuerzas pude salir adelante. Lo primero fue reafirmar mi fe, y El mandó buenas personas que me han ayudado, mi familia ha sido demasiado importante en este proceso y un hermoso equipo de trabajo. Creo que no estoy sola, hay muchas mujeres emprendedoras que hemos tenido que salir adelante, solo con mucha fe, fuerza y coraje.
¿Qué sigue en Proarsa?
Estamos haciendo el esfuerzo para convertirnos en una empresa inclusiva, abriendo puestos de trabajo para personas con discapacidad, específicamente en el área de monitoreo, ya que creo en las oportunidades y siento que quienes tienen menos oportunidades las aprovechan más y van a esmerarse por hacer las cosas bien.
Visualizo a Proarsa creciendo con personal calificado y comprometido con nuestros principios y valores, ofreciendo más servicios para nuestros clientes, innovando, haciendo alianzas estratégicas para beneficio de todos, bendiciendo a más familias abriendo más puestos de trabajo. Yo digo ahora tengo 30 hijos más, porque quienes trabajamos aquí somos una familia.