Transcurría el año 1984, ya hace 40 años, cuando el profesor de Educación Física, Mario Eduardo Lépiz Garita fue sorprendido por el presbítero de la Iglesia Medalla Milagrosa de Cubujuquí de Heredia, Carlos Javier Jara (QdDg), conocido cariñosamente como el “padre Jara”, quien conocía que don Mario era el director de la Banda del Liceo Samuel Sáenz Flores, pero me imagino desconocía que este profesor había formado parte de la banda de tambores del Liceo de Heredia, que creó y dirigió el profesor Héctor Bonilla Martínez, mentor y guía de don Mario, y que durante muchos años fue la banda que acompañó las procesiones de la Semana Santa en la cuidad de Heredia.
La solicitud específica a escasos días de iniciar la Semana Santa del año1984 era que ocupaba que don Mario formara un grupo que saliera en las procesiones del encuentro (viernes por la mañana) y el santo entierro (viernes por la tarde noche), pues durante varios años después de que el padre Jorge Calvo eliminara a los soldados romanos de las procesiones de la Semana Mayor de la ciudad de Heredia, algunos colegios habían salido tocando tambor en las procesiones (Liceo de Heredia, María Auxiliadora y Claretiano) y ese año le tocaba al Liceo Samuel Sáenz Flores ubicado en Cubujuquí, lugar donde se ubica la comunidad del padre Jara, a quien encargaron la tarea de resolver el tema de los tambores en las procesiones.

Don Mario no dudó segundos en responderle afirmativamente al padre Jara, aunque en el fondo sabía la responsabilidad, seriedad, compromiso, disciplina que ello conllevaba, máxime después de tantos años de haber formado parte de la prestigiosa banda de don Héctor Bonilla. Casi de inmediato trazó en su mente un grupo de muchachos, la mayoría de la banda, que integrarían ese primer grupo: Víctor Zamora, Luis Guillermo Garita, José Fabio Escalante, Luis Barquero, Miguel Pantoja y Álvaro Córdoba (Club de banda), y que indudablemente hicieron una excelente labor, como de seguido se reseña.
El ritmo fúnebre de la marcha unívoca se compone de un redoble denominado “el rabo” que son 4 golpes simultáneos pero atiempados, luego un golpe seco con un solo bolillo, dos golpes secos casi simultáneos con los dos bolillos, de nuevo un golpe con un solo bolillo y de luego el rabo. Para lo anterior, los tambores iban con pañuelo blanco pegado con esparadrapo en el parche superior para asordinar los golpes (atenuando determinados armónicos) y un pañuelo envolviendo la bordonera que iba en el parche inferior para evitar su sonido de redoblante. En la mañana del viernes, la vestimenta fue pantalón azul, camisa celeste del colegio, insignia del colegio, banda morada y un crucifijo en el pecho. La vestimenta de la tarde similar, pero con camisa blanca manga larga y siempre con la insignia del Liceo Samuel Sáenz Flores.
Al final de la presentación del Viernes Santo don Mario se acercó dónde estaba el padre Jara para saludarlo, ofreciéndole el grupo para cuando le volviera a corresponder según la rotación de colegios, pero el padre le dijo, no Mario, el otro año les toca tocar de nuevo y mientras el padre Calvo esté al frente de la Semana Santa siempre contaremos con su grupo para participar en las procesiones.
El año siguiente don Mario debió ampliar el grupo, integrando nuevos miembros para alcanzar el número ideal de 16 redoblantes, introduciendo además un redoble de 4 tambores durante el encuentro (el de la Virgen María con Jesús camino al Calvario), durante la crucifixión y en la procesión de la tarde con la llegada del Santo Sepulcro al templo, específicamente al momento de comenzar el descenso hacia las “burras” de madera donde descansa. Este segundo año se integraron dos miembros que permanecen activos en el grupo, Luis Diego Vindas y Carlos Villalta, quienes han visto pasar por los años a muchos integrantes, ya algunos hasta abuelos, como lo es el caso del famoso comentarista deportivo, José Fabio Escalante (Chepín). Este segundo año se integraron además de Vindas y Villalta, Alexander Carvajal, Mauricio Garita, Carlos Salas (el arquitecto), Miguel Pantoja (el señor fiscal), Osvaldo Arce (vespa), Javier Rodríguez, Edwin Cardoza y Luis Diego Oviedo. También en el siguiente año se incorporaron otros miembros como Olman Mena (dinamita), Oscar Villalobos (Cocó), quien es un miembro activo muy importante y quien desde hace muchos años colabora con don Mario en la dirección del grupo.
Durante el crecimiento de este grupo no podemos olvidar la colaboración del papá de Javier Rodríguez, Danilo Rodríguez Urpí, quien dirigió muchos años el grupo de tambores de don Héctor Bonilla, quien además de hacer bolillos de madera para su hijo y algunos amigos (aparte de su profesión de ingeniero civil tenía un torno donde le gustaba hacer este tipo de trabajos), nos ayudó a aprender a redoblar, tomar bien los bolillos, colocarse adecuadamente el tambor, sincronizar la caída del golpe del tambor con el paso, etc.
Otro aspecto digno de comentar, era que los ensayos iniciaban a inicios de febrero. Apenas estaba pasando la navidad cuando sonaba el teléfono de la casa (no existían los teléfonos celulares) y era don Mario convocando desde enero a los ensayos en el Liceo Samuel Sáenz Flores. Los ensayos eran muy amenos, desde que llegaba don Mario a abrir el Gimnasio con un cerro de llaves, su característico pantalón de buzo, la mariconera y una gorra para protejerse del sereno de las noches; ah! y se me olvidaba, que llegaba en su carro Land Rover que tantos años lo acompañó en sus actividades. Al finalizar el ensayo nos prestaba una bola de fútbol y nos dábamos aquellas mejenjas que eran un gran ejercicio y al mismo tiempo un buen relax. Más adelante, ya cuando éramos mayores de edad, iniciaron algunas visitas tendientes a compartir más en grupo, con el inevitable consumo de ricas bocas y tomarse unos fresquitos (Calipso, Bar España, Betis, el Herediano, Bar Luna, entre otros).
Recuerdo que el grupo era tan grande (16 luego 20) que requerimos de bolilleros que nos ayudaran a recoger bolillos caídos en las procesiones. Recuerdo al sobrino de Alexander Carvajal (Briance Agüero), quien luego pasó a formar parte del grupo, Osvaldo el hermano de Carlos Villalta, el sobrino de don Mario, y en especial, el famoso Luis Gmo. Ovaldía, quien era hijo del dirigente del Grupo de Caballeros del Santo Sepulcro, Daniel Ovaldía, quién es el heredero del puesto que desempeñó don Glauco Soto en ese importante grupo de la Ciudad de Heredia. También recogieron bolillos Elías Bonilla y Alberto Delgado, quienes luego pasaron a formar parte del grupo de redoblantes, entre otros.
Luego que don Mario se pensionó del Liceo Samuel Sáenz Flores pasó a formar parte del Colegio Santa Cecilia y allí tuvimos otro padrino, don Pedro Sánchez, quien durante muchos pero muchos años nos facilitó las instalaciones para ensayar y además los instrumentos musicales (tenores y redoblantes).
Recuerdo que han pasado otras personas por el grupo, pero han sido tantas que estoy seguro que olvidaré a más de una, más sin embargo tendré que tratar de mencionarlos: Adrián Cerdas, Roy Rojas y Jeffrey Vosman, quienes se fueron del grupo y actualmente se han reincorporado, Diego Quesada, Carlos Varela, Mauricio Gómez, Rafael Camacho, Alexander Chacón, Federico Chacón, Mauricio Castro (Semilla), Rodrigo Vargas (primo de Jeffrey), Andrés Pérez, William Grau, Diego García, José Daniel García, (estos últimos tres también iniciaron como bolilleros), Alfredo Arguedas, Mauricio Acuña.
El grupo ha tocado casi ininterrumpidamente desde su fundación en el año 1984, hasta que luego de pensionado el padre Jorge Calvo (gran defensor del grupo), a mediados de los años 90’s, durante dos años no salimos, pues se concedió espacio a la vieja banda del Liceo de Heredia (grupo de don Héctor Bonilla), sin que brillaran tanto como la banda de don Mario, por lo que sólo dos años salieron.
Al grupo se han integrado importantes personas que aún permanecen a éste y quienes tienen muchos años de participar: Luis Rojas (Pizza), Pablo Monge (el doctor), Víctor Delgado (Paté), Nelson Campos, Marco García, Leonardo Garita, Marvin Villalobos y luego los gemelos Jonathan y Johakson Soto, Meme Villalobos, Julio Montero, Luis Diego Zamora (Grecia). Más rescientemente se han integrado Gerardo (Tito) Villalobos, Luis Esteban Cruz, Daniel Hernández, Daniel Montero, Franz Rojas (hijo de Roy Rojas), Olman Chaves, Oscar Ramírez, Pablo Bermúdez, Pedro Borbón.

También el grupo ha tenido importantes crisis, como los años en que don Mario estuvo enfermo y fue sometido a importantes cirugías, mismas que pusieron en suspenso la permanencia del grupo, pero con el apoyo de Daniel Ovaldía, presidente del Grupo de Caballeros del Santo Sepulcro, y de integrantes como Vindas, Ovaldía, Cocó, Villalta y muchos otros compañeros, el grupo salió adelante, pues decidimos no claudicar y seguir en firme, pues siempre existen personas que quieren masacrar a un grupo que con seriedad, profesionalismo, disciplina y respeto, se ha sabido ganar el corazón y la administración de los ciudadanos heredianos quienes participan de la Semana Mayor.
Hace dos años, después de mucho tiempo de soñarlo, el grupo adquirió 25 tambores negros y 5 cajas redoblantes, como instrumentos propios, que nos permiten cierta independencia y a la vez tranquilidad de que los instrumentos son nuestros y no dependemos de terceros para contar con este importante recurso.