LA FE LOS INSPIRA A SERVIR EN SEMANA SANTA

La familia Morales tiene más de 35 años de encargarse del burro para la procesión del Domingo de Ramos en Heredia, y las nuevas generaciones ya están preparadas para mantener la tradición.

Muchas personas disfrutan las representaciones, procesiones y celebraciones litúrgicas que se realizan en Semana Santa en las diferentes comunidades, y Heredia no es la excepción, pero estas actividades no serían posible, sin la entrega de decenas de personas, quienes, por fe, se comprometen a trabajar para preparar la Semana Santa.

En Heredia son varias las familias que llevan sobre sus hombros los preparativos de las diferentes actividades, algunos se dedican a la preparación de los trajes de las imágenes, así como engalanarlas cada día, otras a decorar el templo, a preparar el Santo Monumento, decorar el Santo Sepulcro, y no podían faltar, quienes se dedican a vestir a los personajes bíblicos

TRADICIÓN FAMILIAR LA PROCESIÓN DE RAMOS

La familia Morales tiene más de 35 años de encargarse del burro para la procesión del Domingo de Ramos en Heredia, y las nuevas generaciones ya están preparadas para mantener la tradición.

La familia Morales tiene más de 30 años de encargarse de prestar y arreglar al burro que lleva la imagen del Señor del Triunfo en la procesión del Domingo de Ramos, una tradición que nació el mismo año que se construyó la iglesia de San Francisco, conocida por muchos como la iglesia de piedra.

Rolando Brenes Morales, recuerda que él aprendió con su abuelo José Morales, y éste a su vez con el bisabuelo de la familia Pablo y con Jesús Morales, quienes les inculcaron la importancia de servir de esta manera a la comunidad.

“Desde que se construyó la iglesia mis abuelos siempre tuvieron un burrito para la iglesia, por eso uno lo hace por convicción, ya cuándo nos llaman que sí va a haber procesión sabemos que tenemos que ir a buscar al burro, y lo hacemos con mucho gusto, en la casa ya mi hija, mi hijo y un primo están preparados para continuar con la tradición”, comentó don Rolando.

Escogen el burro que mejor se ajustara para llevar la imagen, que sea dócil, y de buena presencia, ahora ya no tienen burros, pero mantienen la tradición y lo consiguen con amigos, y en la casa lo preparan para el gran día.

Este año “Gaspar” fue traído de una finca en San Ramón, lo acicalaron y luego lo llevaron a caminar por las mismas calles que sería la procesión.

“Empezaron la tradición por fe, abuelo me decía que esta es una procesión muy linda porque atrae a los niños, que siempre tratara de que los niños que querían tocaran al burro, ahora es tomarse una foto, y siempre lo hacemos, son como 35 años de hacerlo”, recordó.

CRECIÓ VIENDO A SU MAMÁ SERVIR

Olga María Lizano aprendió de su madre el servicio a la Parroquia, desde pequeña, actualmente se encarga de los preparativos de la palma para el domingo de Ramos y de vestir las imágenes para las procesiones.

Olga Lizano creció viendo a su madre alistar la palma el sábado previo al Domingo de Ramos, con el paso de los años fue asumiendo la tarea con la misma mística que ella, también asumió la preparación de las imágenes, alistar los mantos que utilizan, y decorar el Santo Sepulcro con las tradicionales guarias que resaltan la belleza propia de esta joya.

Por eso es común observarla cerca de las imágenes en todas las procesiones, pendiente por si algo pasa. Su hijo Adrián siguió sus pasos, y es el encargado de coordinar con quienes representan los personajes bíblicos, mantener el orden a lo largo de las procesiones y preparar el Santo Monumento.

“Para mí estar aquí es como tenerla cerca, junto a mí, haciendo lo que tanto amaba. Gracias a Dios y a mis papás por esta enseñanza, que nuevamente involucra a toda la familia. Doña Noemy siempre venía a ayudarle a mi mamá, ella y su hija Marta fueron los pilares de mi mamá, estuvieron apoyándola y hoy continúan aquí colaborando con esta tradición”, comentó doña Olga.

 

TODA LA FAMILIA PARTICIPA

Carolina Ramírez, coordinadora desde hace muchos del Grupo de Mujeres que acompañan a la Virgen Dolorosa, junto a Noemy Aguilar, quien desde joven sirvió en la preparación de la palma para el Domingo de Ramos y preparando las imágenes para la Semana Santa.

La familia de Carolina Ramírez es también otra de las que se ha dedicado por años al servicio de la Inmaculada, y para la Semana Santa su trabajo es clave, ella es coordinadora desde hace muchos del Grupo de Mujeres que acompañan a la Virgen Dolorosa, y su esposo Marco Gutiérrez, coordinador de los servidores del Altar de la Parroquia, también parte de los Caballeros del Santo Sepulcro, de manera que sus hijas crecieron prácticamente en el templo.

“Para mí la Semana Santa es como la Navidad para algunas personas, es la festividad que esperamos todo el año, desde el Domingo de Ramos que ponen el muro uno siente toda la emoción. Desde pequeños mi hermana y yo estamos en los salones acompañando a mi mamá en la inscripción de las señoras de la Virgen, jugando con nuestras barbies mientras ella se ocupaba de eso, y ahora ya más grandes, le ayudamos. Es toda una tradición que espero que siga”, comentó su hija Daniela, quien este año representó a la Samaritana en las procesiones este año, y su hermana también fue parte de las procesiones, como Ángel de Confortación.

“Desde pequeña quería ser Bíblica para hablarle al Nazareno, de cierta forma es dar un testimonio de lo que creo y todo lo que Dios ha hecho en mi vida. Soy catequista de confirma y creo que es una forma de catequizar en la calle. Desde que tengo 7 años participo: fui Virtud, Palabra, Ángel de la Confortación, María y ahora mujer Bíblica. Mis papás participan activamente en las procesiones desde que recuerdo y a nuestros papas les encanta que salgamos. Nos reunimos para ver que vamos a hacer la Semana Santa siguiente”, agregó esta joven de 23 años, quien estudia química pura.

Daniela Gutiérrez afirma que ser parte de las procesiones es una forma de catequizar en la calle y dar testimonio de lo que Dios ha hecho en su vida.
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