TEMPLO DE EL CARMEN ESPERA LOS RESTOS DE LA NIÑA MARISA

El Templo de El Carmen se convertirá en un punto de referencia a nivel religioso, en el momento que se trasladen los restos de la niña santa, la primer costarricense en iniciar el camino a los altares

Los heredianos están cada vez más cerca de contar con un espacio dentro del templo para la niña Marisa, que se encuentra en proceso para convertirse en santa y seria la primera costarricense en llegar a los altares.

Tras más de cinco años de haberse presentado toda la información y testimonios recabados sobre la historia y milagros de la Niña Marisa ante la Santa Sede, se está a la espera de un resultado positivo, que permita dar el primer paso hacia la santidad, que es la declaración de “Venerable”.

Esto implica que se podrá contar con fotos o imágenes de ella en los templos, y en el caso de Heredia, tendrá un mausoleo en el templo de El Carmen

Así lo confirmó el cura párroco de la Inmaculada Concepción, presbítero Randall Espinoza Arias, quien detalló que se eligió ese lugar por ser uno de los preferidos de la niña Marisa para orar.

La devoción a la Niña Marisa está muy arraigada en los heredianos que ya pintan canas, aunque ha sido transmitida a las nuevas generaciones, muestra de ello es que la tumba de la pequeña siempre recibe visitas de personas que buscan su intercesión, así lo demuestra el libro, dentro del Mausoleo, donde muchos han dejado constancia de ello.

Actualmente los restos de la niña santa se encuentran en el cementerio municipal de Heredia, en un mausoleo al que la Municipalidad de Heredia da mantenimiento.

Desde el 19 de marzo del 2018, cuando monseñor José Rafael Quirós arzobispo de San José emitió el decreto para abrir la investigación en el país sobre la vida, obras y milagro de la Niña Marisa, se le conoce cómo Sierva de Dios, el siguiente paso sería la declaración de “Venerable”, luego seguiría la beatificación, y para conseguirlo se debe demostrar al menos un milagro concedido por su intercesión después de su muerte, precisamente por ello, en la Iglesia pide a quienes hayan recibido algún milagro lo informen para que pueda ser tomado en cuenta y presentado a la Congregación de los Santos.

Héctor Diaz, muestra el lugar destinado a colocar los restos de la Niña Marisa en cuánto sea declarada “venerable” por la Congregación de la Causa de Los Santos.

BAJO EL VITRAL DE LA ANUNCIACIÓN

Los restos de la niña Marisa serán colocados en un pequeño mausoleo que se construirá dentro del templo de El Carmen, justo bajo el vitral de La Anunciación, confirmó el sacerdote, quien aún desconoce la fecha en que eso ocurrirá.

Aunque es muy probable que sea en el mes de agosto, dado que la niña santa falleció un 15 de agosto; sin embargo, todo depende de que llegue la respuesta de El Vaticano.

Ya en el templo de El Carmen buscan recursos para hacer algunas reparaciones y estar listos cuándo llegue el momento.

Según comentó don Héctor Diaz, coordinador de El Carmen, requieren construir una batería sanitaria en el área cercana a la gruta, ya que una vez que la niña santa esté en el templo, no duda, que se convertirán en un sitio de visita para muchos creyentes y se debe estar preparado.

También quisiera “darle una pintadita al templo y hacer algunas mejoras en el sistema eléctrico y de sonido”, comentó. Quienes deseen colaborar con esta preparación, pueden acercarse a la Oficina Parroquial de La Inmaculada de Heredia y detallar que la contribución es para lo relacionado a la Niña Marisa.

Las personas que hayan recibido alguna gracia especial, pedida a través de la mediación de la Niña Marisa, pueden comunicarlo al Departamento de la Causa de Canonización de la Niña Marisa, con sus datos personales. Pueden hacerlo llevando la información y documentación a las oficinas del tribunal Eclesiástico ubicado en Barrio México, San José o por medio de correo electrónico a la dirección causaninamarisa@iglesiacr.org o por correo postal al 10679-1000 San José.

Quién era la Niña Marisa

Marisa, como se le conoce, se convertiría en la primera santa costarricense.

Marisa, como se le conoce, vivía en el barrio Los Ángeles, en Heredia, se recuerda como la niña, que abrazaba a los indigentes y compartía con ellos el pan y una moneda, mientras el resto de las personas se alejaba de ellos por su mal olor.

Nació el 5 de marzo de 1941 en San José, pero su familia se trasladó a vivir a Heredia, porque tenían una panadería en los alrededores del Mercado. Fue así como Marisa se convirtió en herediana. Se formó primero en la Escuela Rafael Moya, e inició la secundaria en el Colegio María Auxiliadora, aunque murió antes de completarla: el 15 de agosto de 1954, con apenas 13 años.

A los 12 años María Isabel comenzó a sufrir fuertes e inexplicables dolores de cabeza, que la hacían retorcerse del dolor, luego se supo que se trataba de un tumor, pero nunca aceptó tomar ningún medicamento. Tampoco se quejaba, aunque el sufrimiento era evidente.

Ella ofreció sus dolores para pedirle a Dios que su padre dejara el alcohol, y se le concedió, poco antes que ella falleciera.

Su confesor, el sacerdote Ángel Menéndez, comprendió que ella tenía un don especial, y empezó a recabar su historia, pero cuando él murió sus archivos quedaron en el olvido.

La niña murió el día que había predicho a su confesor, quien llevó en forma detallada la historia de la pequeña santa, pero gran parte de esa información se perdió con el paso de los años.

Era considerada santa desde antes de morir por quienes vivieron en la Costa Rica del siglo pasado y ahora, su camino a los altares renueva la fe en el pueblo herediano.

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Oración para pedir su beatificación

Dios lleno de ternura y bondad, que escogiste a la Niña Marisa para que fuera un testimonio elocuente de la vida cristiana en la inocencia de su infancia. Te pedimos humildemente que, así como adornaste con tu gracia la vida de esta niña con virtudes excepcionales, así nos embellezcas, a nosotros con gracias que nos permitan mostrar el rostro de Cristo a los hermanos.

Permítenos ser, a ejemplo de ella, sencillos, humildes, serviciales, amorosos y sobre todo, obedientes a tu santísima voluntad, que puede pedirnos hasta la ofrenda de nuestra vida, por la enfermedad, como se lo pediste a tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo en el altar de la cruz, para luego glorificarlo por la Resurrección de entre los muertos. Te lo pedimos, Padre, por la mediación única de Jesucristo, tu Hijo, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

(Pídase la gracia por intercesión de la Niña Marisa)

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

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