Randall Alfaro y Cindy Venegas comenzaron a construir hace 4 años un nuevo sueño en medio de las antiguas paredes de la casa de los abuelos de Randall en San Rafael de Heredia, se trata de una Cafetería, Panadería y Gelatería Artesanal que se caracteriza de las demás, no solo por su sabor y las opciones para vegetarianos, veganos e intolerantes al gluten, sino por su espíritu solidario.
El aire que se respira dentro de éste pequeño establecimiento es muy familiar, no es para menos, se trata de la Casa de la Abuela y conserva esa esencia, ha sido adaptado con espacios para la lectura, incluso ofrecen una pequeña biblioteca común, donde se pueden tomar los libros, incluso llevarlos a su casa, solo con el compromiso de devolverlo.
También se permite intercambiarlos, llevar un libro que ya leyó y cambiarlo por alguno de los que están en el estante, todo a base de confianza, ésta área la completan cómodos sillones para dedicarse a la lectura acompañado de un buen café.
“Queremos que sea un lugar donde la gente pueda venir y relajarse, leer tranquilos, tomarse un café, compartir con los demás clientes si lo desea o disfrutar de un espacio para sí mismo solo acompañado de un buen libro”, comentó Randall Alfaro.
Los muebles fueron elaborados a mano utilizando como base tarimas y reutilizando otros materiales, como parte de ese “toque” personal.
Sus paredes se convirtieron también en una gran sala de exhibición para pintores y artistas locales, quienes sin ningún costo, colocan sus obras de arte las cuales no solo decoran el establecimiento, sino que están a la venta.
También se encuentra una serie de fotografías antiguas de diferentes lugares de Heredia y eventos nacionales, lo cual se convierte en un atractivo más, ya que varios clientes han encontrado en éstas fotografías gratos recuerdos de su infancia y no dudan en adquirirlas.
Encadenamientos productivos
Sus jóvenes propietarios creen fuertemente en los principios de solidaridad y bien común, es por ello, que sus productos vienen de manos de pequeños productores de la zona; la repostería es preparada en forma artesanal, al igual que las mermeladas. Los gelatos, que son helados italianos, se llevan desde Santa Ana donde los prepara uno de los mejores expertos en éste arte.
Sus pastas son elaboradas a mano por otra pequeña productora, totalmente libres de gluten; la leche de almendras es preparada también por una productora local, lo cual permite que muchos pequeños emprendedores se beneficien con la apertura de la Casa de la Abuela.
Y lo mejor es que al creer fielmente en el comercio justo, se le paga a los productores precios justos por sus productos, pero también se le cobra al consumidor, precios justos, de manera que todos se benefician.
Ferias de artesanos y productores
La Casa de la Abuela, no solo es un lugar para comer, sino que como parte de esa visión de engranaje, dos veces al mes abre un espacio para ferias de artesanos y productores, quienes encuentran así un espacio fijo para ofrecer sus productos.
Desde mermeladas y pastas hechas a mano, hasta libros con papel reciclado con empastes encuero o madera, pintadas o talladas a mano, hasta bolsos y bisutería, pasando por la artesanía en madera como chorreadores, y pinturas; cuadros repujados, en fin, una variedad indescriptible se puede adquirir en las ferias.
Lo mejor es que éste espacio para los artesanos es totalmente gratuito, con el único fin de unir esfuerzos para apoyar al productor local, al pequeño emprendedor, lo cual a la vez atrae visitantes al establecimiento.