Con el slogan “tu basura, nuestra materia prima” y la meta de aportar al mundo de alguna manera positiva, cuatro mujeres costarricenses fundaron a principios del año 2018 Wagát, que en lengua del pueblo indígena Boruca signifca verde oscuro.
Hoy han utilizado más de 1.000 recipientes de plástico para darle vida a macetas, fruteros, tazones, tablas para queso, jaboneras y hasta arbolitos navideños de diversos tamaños con luces, entre otros, mismos que venden desde el pasado mes de agosto en ferias como El Mercadito y las tiendas de diseño nacional Apartado Creativo, Colectivo y Sin Domicilio Fijo. También, en la tienda del Hotel Los Sueños Marriott, así como en el local Manta Raya en Nosara. Su objetivo es además vender pronto en línea.
Actualmente, las cuatro socias tienen otras ocupaciones además de Wagát. Tres de ellas son madres y esposas además de que dos poseen un trabajo que combinan con Wagát. Dedican unas 20 horas semanales cuando no hay ferias el fin de semana.
“Nunca antes habíamos montado una empresa de reciclaje. Tampoco habíamos sido personas de hacer y construir con nuestras propias manos. Hemos tenido una curva de aprendizaje impresionante. Desde nivelar un suelo, construir una mesa de trabajo y darles mantenimiento a nuestras máquinas, han sido de las cosas que nos han tocado aprender en el transcurso del tiempo. Tuvimos un periodo de prueba y error con temperaturas y el comportamiento del plástico, pero sentimos que ya hemos llegado al punto de presentar algo que vale la pena compartir. Seguimos aprendiendo y creemos fielmente que lo perfecto no existe, siempre hay oportunidad de mejora y oportunidad de aprendizaje”, comentan.
Para dar este gran paso, fue de gran inspiración Precious Plastic, que en el 2013 empezó el diseñador holandés Dave Hakkens con el fin de motivar al mundo entero a reciclar. De ahí se inspiraron a ser el primer taller de Precious Plastic en Costa Rica.
“La idea de Precious Plastic es que se pueda montar un proceso de reciclaje a un costo accesible en un espacio pequeño y al mismo tiempo usar mano de obra y materiales locales. Sentimos que así lo hemos hecho. La inversión en maquinaria ha sido menos de dos millones de colones”, relatan.
Cada pieza les toma de principio a fin aproximadamente dos horas de trabajo manual y el plástico que utilizan es número 2 (HDPE), número 5 (PP) y bolsas de plástico limpias. Su color es el que les brinda el de la pieza que se produzca al final.
La recolección del plástico la hacen entre sus amigos, familiares y por medio de alianzas con centros educativos de Escazú, donde está su taller artesanal. También tienen un pequeño centro de acopio en la cafetería Ili Vanilli, ubicada en el centro comercial Escazú Village.
“Con cada compra de un producto Wagát, nos aseguramos qué ese plástico no termine contaminando un río, un mar, o un lago. Nuestro mensaje es “Esta es nuestra solución. ¿Cuál es la suya?”, concluyen.
Si desea contactarlas puede hacerlo a través del correo info@wagatcr.com