
A sus 45 años, Freddy Artavia Guzmán se ha convertido en un gran artesano, descubrió durante su paso por un centro penal cómo desarrollar las habilidades que tenía desde niño para crear figuras de trozos de madera en su natal Puerto Viejo.
Es uno de los casos de personas que aprovechan los programas de estudio y trabajo que ofrece el sistema penitenciario para que el tiempo tras las rejas sea más productivo.
“Hay que luchar y seguir adelante, mi familia fue eso que me motivó a no caer, sabía que debía seguir de pie, por mis padres, por mi señora, y con la ayuda de Dios, aprendí a trabajar en madera viendo cómo lo hacían los demás”, comentó Freddy.
Los días de visita en el centro penitenciario servían no solo para encontrarse con sus padres, sino para vender los trabajos elaborados durante la semana y así ayudar a sus viejitos, campesinos de Sarapiquí, quienes le enseñaron desde pequeño el valor del trabajo.
El tiempo pasó y hoy Freddy tiene su propio taller de artesanía en San Isidro de Heredia, donde elabora variedad de trabajos, desde frutas en madera, hasta una gigantesca iguana tan bien detallada que parecía real, y por eso no tardó mucho en venderse.
La pintura es otra de sus pasiones, por lo que dedica tiempo también a dibujar y pintar en madera, también utiliza la técnica del quemado para hacer algunas obras de arte, como la “Santa Cena”, que por su complejidad tarda más de una semana en hacer.
Este artesano Herediano también elabora trabajos más pequeños y fáciles de vender, como las famosas hueveras, terminadas con una pintura especial que las protege del agua para que duren más.
Si usted desea colaborar con la reinserción social y a la vez lucirse con un obsequio especial para sus amigos o familia, no dude en contactarlo, y ayudar a demostrar que la reincorporación laboral es posible para quienes por alguna razón, debieron dejar parte de su vida en un centro penal.



Recuadro fotográfico
Algunas de las obras de sus manos
