Varios oficiales que se dirigían desde la ciudad de La Cruz hacia el puesto fronterizo de Peñas Blancas, observaron en medio de la oscuridad de la noche, y gracias a las luces de la patrulla, algo blanco que se movía parsimoniosamente en media calle, lo que contrastaba con el oscuro pavimento.
Sin dudarlo, el conductor frenó la patrulla para no impactar lo que, pensaron en ese momento, era una extraña criatura.
Los oficiales bajaron para descubrir lo que tanto había captado su atención. Allí, moviéndose lentamente, blanco como armiño, yacía en media calle un oso perezoso albino, el cual estaba empezando penosamente a cruzar la calle.
De inmediato uno de los oficiales lo levantó con sumo cuidado para ayudarle a atravesar tan transitada vía, mientras que otros policías controlaban el paso de los vehículos a fin de evitar algún accidente.
Una vez que el policía llegó al otro lado, lo colocó en el suelo y el oso perezoso albino retomó su marcha por el bosque de una forma segura, ya alejado de los peligros que implica el cruzar, lentamente y en medio de la noche, la Carretera Interamericana norte.
Después de tan noble labor, los policías continuaron hacia la frontera para sus labores, con una enorme alegría por haber ayudado protección de la vida silvestre. Los perezosos albinos son poco comunes.
