Cuál la voz de una persona como lo fue en la antigüedad, las campanas de una iglesia son las que convocan a los feligreses a los oficios del culto católico, así como a actividades o ceremonias civiles. Como lo manifiesta extraordinariamente la inscripción de la campana “Inmaculada Concepción de María” de la Parroquia de Heredia: “El nombre de Dios alabo; a los vivos yo convido; anuncio la buena nueva; y por los muertos me aflijo”.
En este 2022, se conmemora 220 años de que Pedro Espinoza fundió las campanas “Pura y limpia Concepción” y “Jesús, María y José”, de acuerdo a la inscripción que en la primera aparece y a la tradición histórica, en Lima, Perú, las cuales fueron colocadas posteriormente en la iglesia Inmaculada Concepción, la Parroquia de Heredia. Las mismas en la actualidad ocupan el sector norte y este respectivamente del campanario de dicha iglesia. El referido epígrafe indica: “Pada la Santa Yglesia Parroquial dela Puda y linpia Concepción de Billa Beja de la Provincia de Costa Rica. Costeada por Pedro Antonio Solares. Petrus Espinosa me fecit año 1802.”
Estas campanas tienen en la historia herediana y nacional un destacado lugar, pues entre los muchos acontecimientos en que las hicieron partícipes con sus dulces repiques y en las que tristemente han doblado, se encuentran como ejemplo significativo, los actos civiles y religiosos relacionados a la Independencia Nacional en 1821, de la cual el año pasado celebramos el Bicentenario.
Pero no solamente esto, sino que están incluso inmersas en una leyenda o tradición popular que ha perdurado por muchos años, nacida también de una oración de la inscripción citada: “Costiada por D. Pedro Antonio Solades.”
Don Luis Felipe González Flores, en su “Heredia en los albores de la Independencia” nos reseña esta tradición popular:
Don “…Pedro había contraído matrimonio con la señorita Casimira Sandoval. El señor Solares había vivido en forma marital con la señora María Manuel Porras, quiso casarse con esta señora, pero ella rehusó el matrimonio alegando su avanzada edad y le recomendó entonces que se casara con una de las hijas de ella de las que no eran de él. Aceptó el señor Solares la proposición y casó entonces con la señorita Casimira. Las autoridades eclesiásticas calificaron este matrimonio de incestuoso e impusieron al señor Solares para que pudiera realizarlo, hacer tres hiladas de piedra a la Iglesia en su contorno, dar unos ornamentos al templo y dos campanas para el servicio religioso…
Estas campanas son ya de un valor histórico indiscutible… por lo vinculadas que están con todos nuestros antepasados, constituyen una reliquia para los heredianos. Ellas son testigos en la ciudad de los acontecimientos religiosos más notables en un periodo de cerca de siglo y medio. Sus repiques han anunciado las grandes festividades y solemnidades. Tocaron el TE DEUM de la Independencia…”
El contexto histórico de esta leyenda es el periodo de la construcción de la actual Parroquia de Heredia, que comprende de 1797 a 1803 aproximadamente.
Dicha tradición popular fue hecha una poesía hermosa por don Víctor Manuel Elizondo Mora, titulada “Romance de la campana”, poema compuesto por él para la conmemoración del Sesquicentenario de la colocación de la primera piedra de la iglesia Inmaculada Concepción (1797-1947), el 31 de octubre de 1947.
Más luego de hacer una investigación con respecto al tema, que en próxima nota compartiré Dios primero, llegué a la conclusión de que al menos que en un futuro aparezca un documento que lo justifique, la donación de las campanas “Pura y limpia Concepción” y “Jesús, María y José”, no tuvo relación con el matrimonio del 17 de febrero de 1798 entre don Pedro Antonio Solares Berros y doña Casimira Sandoval Porras, en cuanto a la leyenda citada, sino a un acto de altísima piedad del señor Solares Berros a Dios y a la Virgen María, así como también de demostración de gran fidelidad a la Corona española.
Lamentablemente la “… otra campana estaba rota y fue fundida en 1908 por Carlos Marco. El señor Solares la había dedicado a “Jesús, María y José”.”, de acuerdo a don Luis Felipe González Flores y cuya inscripción se observa en la actualidad, pese a la fundición de inicios del siglo veinte.
Por lo expuesto por el señor González Flores y otros fundamentos más, en el caso de las campanas referidas en este artículo, el lunes 20 de setiembre de 2021, en el Bicentenario de la Independencia Nacional y el 25° aniversario del acuerdo de declaratoria del Centro Histórico del Cantón Central de Heredia, presenté ante el Concejo Municipal la propuesta de declaratoria de Símbolo del Cantón Central Heredia, las campanas de las iglesias de la Inmaculada Concepción y Nuestra Señora del Carmen.
Creo igualmente, que al no poderse subir constantemente al campanario, las fotografías de las inscripciones de las campanas tanto de la iglesia de la Inmaculada Concepción como la de Nuestra Señora del Carmen, deberían colocarse en lugar especial en algún exterior cercano a ellas, para poder apreciar el hermoso legado que nuestros antepasados dejaron plasmado en las mismas.
Concluyo esta pequeña reseña, con una estrofa del citado poema de don Víctor Manuel Elizondo Mora:
“Y en el rodar de la vida
desde lo alto de la torre,
ha visto crecer a Heredia
y pasar generaciones.”
Fuente: Luis Felipe González Flores, Heredia en los albores de la Independencia, Heredia, Costa Rica, Publicación de la Asociación “ALA” (Tomado de la edición conmemorativa de La Tribuna del 15 de setiembre de 1942, 1942. Colección personal.
Ilustración: Detalles de las inscripciones de las campanas “Pura y Limpia Concepción” y “Jesús, María y José” de la iglesia Inmaculada Concepción de Heredia.