FINCA DOÑA NINA: 60 AÑOS DE TRADICIÓN

Finca doña Nina es una pequeña finca agrícola destinada a la producción de café en asocio con aguacate, con un manejo que no usa agroquímicos y que se encuentra ubicada en San Isidro de Heredia.

Esta unidad productiva inicia en la actividad agrícola aproximadamente hace unos 60 años, gracias al trabajo de don Alfredo Brenes, el cual compró una finca cafetalera lo que marcó, el comienzo de una actividad que ha pasado por varias generaciones en la familia, y que, en memoria a la esposa de don Alfredo, que fue un importante pilar en la actividad, es que posteriormente, se decide nombrar a la propiedad Finca doña Nina en honor doña Fidelina Bolaños Campos. Con el paso del tiempo, la propiedad pasó a manos de doña Emilia Soraida Brenes Bolaños, la cual con mucho amor y dedicación continuó el legado de sus padres y, aproximadamente en el 2014, don Wagner Zumbado Brenes en una generación posterior, toma las riendas de la finca, siendo este, un vivo ejemplo del legado agropecuario que se trabaja en muchas fincas del territorio Herediano.

Durante años, don Wagner se ha dedicado a cultivar café y aguacate con la mayor responsabilidad posible, cuidando la tierra y agua como pilares en su manejo sostenible. El compromiso de la finca con la agricultura orgánica siempre ha sido muy fuerte, y con el tiempo, han tomado más conciencia de la importancia de tomar medidas para que las prácticas implementadas sean cada vez más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Para el año 2014 ya bajo el manejo de don Wagner, en la propiedad se producía únicamente café (variedades caturra y catuaí), pero que, con el pasar de los años y gracias a diferentes capacitaciones realizadas en MAG, INA, e ICAFÉ, principalmente en temas de manejos integrados de plagas, abonos orgánicos, bio insumos, controles biológicos, preparación de equipos, hidroponía, entre otros; se da inicio a un proceso de cambio tanto en el manejo agronómico como en la visión de una producción de café de mayor calidad, buscando aumentar la producción y haciéndola más sostenible.

Para el año 2018, como parte de la búsqueda de ingresos adicionales complementarios al café y diversificación de la finca, es que, en el marco del Plan Nacional de Aguacate en la zona de Heredia, se introduce a manera de asocio, el cultivo de aguacate en la finca con árboles de la variedad Hass, Simmonds, Lamb Hass y Kahalu.

Ya para el año 2021, es que ocurre otro importante cambio en dinámica de la finca, por medio de la renovación de áreas de café notablemente agotado, con otros materiales más productivos como: Obatá, CR95, Catuaí y Catiguá MG2, con el fin de mejorar condiciones de la plantación cafetalera en temas como resistencia o alta tolerancia a algunas enfermedades, de mayor rendimiento y que, tuvieran alguna ventaja comparativa en torno a la adaptabilidad al cambio climático.

Wagner Zumbado Brenes toma las riendas de la finca, siendo este, un vivo ejemplo del legado agropecuario que se trabaja en muchas fincas del territorio herediano.
Wagner Zumbado Brenes toma las riendas de la finca, siendo este, un vivo ejemplo del legado agropecuario que se trabaja en muchas fincas del territorio herediano.

Por otra parte, y con la finalidad de realizar un cambio más integral tanto en manejo como en su visión (productiva y ambiental), se toma la decisión de inscribirse en el Programa Bandera Azul Ecológica en 2024 promovido por el MAG, lo cual ha sido una experiencia enriquecedora, ya que por medio de este programa, puede darse un reconocimiento a los esfuerzos que hacen las familias productoras en áreas como la gestión del agua, el manejo de residuos y la conservación de la biodiversidad, entre otros, además, de que promueve el uso de registros de las actividades, como evidencias tangibles de las acciones que desde las fincas se gestionan y ejecutan en beneficio del sistema de producción y del ambiente.

Finca doña Nina es una finca que se enorgullece de contribuir activamente a un futuro agrícola más sostenible y que, por medio del programa Bandera Azul Ecológica, no solo se han mejorado las prácticas agrícolas, sino que también están reafirmando su compromiso con un modelo de producción que respeta el entorno natural y apoya a las comunidades que dependen de él y que en palabras de don Wagner, hacer todas es acciones “no es solo por ganar un símbolo, sino un recordatorio de que nuestras acciones cotidianas tienen un impacto directo en la salud del planeta y que ojala, todos lo hiciéramos”.

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