SABE CÓMO AFECTARA AL PAÍS LOS ATRASOS EN LOS PUERTOS NORTEAMERICANOS

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El Observatorio Económico y Social, (OES) de la Escuela de Economía, Universidad Nacional (UNA) advirtió que debido al atraso en el movimiento global de mercancías generado en distintas partes mundo, así como el incremento en el costo internacional del transporte marítimo entre puertos chinos y del oeste de Estados Unidos, los precios locales de Costa Rica podrían incrementarse en las próximas semanas y meses.

Fernando Rodríguez, coordinador del OES-UNA, detalla la situación y cómo afectaría al país.

“Un atraso acumulado en el movimiento global de mercancías sigue generando efectos en distintas partes del mundo, incrementando los costos del transporte internacional, provocando retrasos en el suministro de bienes finales y materias primas, incluso llevando a la escasez de ciertos productos.

Esta situación se originó cuando se empezaron a suspender operaciones en puertos de países asiáticos, particularmente en China, debido a las medidas tomadas para enfrentar la pandemia del COVID 19. En los últimos meses el costo del transporte marítimo entre los principales puertos chinos y los puertos del oeste de Estados Unidos se ha multiplicado por 10.

A los atrasos provocados por esta razón se sumaron otros factores, como el cierre del Canal de Suez debido a los problemas provocados por el Ever Given y a los atrasos en los puertos de importación, debido a la ausencia de trabajadores y transportistas contagiados con COVID.

A estos problemas se suman un incremento súbito en la demanda de bienes y materias primas, cuando se dejaron atrás las primeras medidas de confinamiento, sobre todo en Estados Unidos, así como los retrasos posteriores provocados por los problemas en el flujo global de contenedores, pues la lentitud del flujo comercial en un sentido provoca también atrasos en el flujo comercial en sentido contrario, que se siguen sumando como atrasos en días y semanas siguientes.

El 90% del comercio global es marítimo, se transporta en grandes barcos que transportan grandes cantidades de contenedores, lo que abarata el movimiento de bienes y permite transportar mercancías que, por su relación precio/costo de transporte, no es rentable movilizar vía aérea. El atraso en cadena, que se ha extendido a todos los pasos de la cadena de suministro (movimiento en puerto de exportación, transporte marítimo, desembarque y movimiento en tierra), podría tardar varios meses en solventar y seguir generando sobrecostos, retrasos y escasez. Por ejemplo: se estima que menos de la mitad de los contenedores que llegan a Estados Unidos está volviendo en el plazo previsto, acumulándose en los puertos, debido a los problemas y atrasos en el transporte interno en ese país.

En Costa Rica esta situación todavía no está generando presiones generalizadas sobre los precios locales, pero ya se estarían presentando algunos problemas, sobre todo con un incremento en el costo internacional del transporte.

Por otra parte, problemas de inventario de gas natural en Europa estarían provocando temores de escasez de esta fuente de energía y disparando el precio en mercados internacionales. Además, los problemas de suministro provocados por el propio COVID 19 y situaciones geopolíticas, serían explicaciones que se suman a lo que está sucediendo. Aunque Costa Rica no es un país consumidor de gas natural, el aumento en el precio de este insumo está impulsando la demanda de petróleo y con ello también del precio de este bien.

En el último mes los contratos de futuro de petróleo WTI para entrega en próximas semanas y meses han subido más de $10, alcanzando un precio que supera los $80 dólares por barril. La llegada del invierno, el fin de las medidas de movilización como consecuencia del COVID y la recuperación de las mayores economías globales, podrían seguir impulsando el precio del petróleo y manteniendo su tendencia al alza.

El aumento en el precio de los combustibles importados, como consecuencia del aumento en el precio internacional del petróleo, tendrían un impacto directo en los precios de los bienes locales. A esto deberá sumarse el efecto que la combinación de estos factores tendría en la demanda de moneda extranjera, pues la necesidad de pagar costos de transporte y logística internacional mayores, así como los mayores precios de los hidrocarburos, provocarán que las empresas locales requieran más dólares para pagar estas operaciones.

Si bien al cierre del año aumenta de forma importante la disponibilidad de divisas en el país, debido a la “colonización” de los depósitos de las personas y empresas para hacer frente a sus obligaciones de fin y principio de año (pagos de aguinaldos e impuestos), es difícil saber qué efecto primará en el mercado cambiario y la orientación del tipo de cambio al cierre del 2021. Aún reduciéndose el precio del dólar estadounidense hacia el final del año, como tradicionalmente sucede, el empuje de estas situaciones podría implicar que la caída no sea tan pronunciada como se podría haber previsto en otras circunstancias.

Ante ese panorama, el OES de la Escuela de Economía de la UNA hace las siguientes recomendaciones:

  1. Aunque el tipo de cambio se define por la interacción de la demanda y oferta de divisas en el mercado mayorista de monedas extranjeras (MONEX), necesidades puntuales de más divisas deberían ser atendidas con una mayor oferta de divisas por parte del Banco Central, a fin de responder a situaciones temporales (con independencia del plazo del efecto) y que no generen otros problemas en cascada en el país. El BCCR ha venido ofreciendo una cantidad importante de divisas de sus reservas para atender la demanda del sector público, pero también debería estar preparado para intervenir en MONEX y ofrecer divisas para evitar aumentos puntuales en el valor del dólar y escalada especulativa de esta moneda, impulsando no solo por efectos reales sino también por las expectativas de los ahorrantes.
  2. La movilización de las mercancías en puertos y fronteras del país ha sido tradicionalmente lenta, lo que suma costos de transporte a los bienes que se movilizan hacia el país y fuera de este. En ese sentido se recomienda direccionar recursos públicos para incrementar los horarios de atención en puertos, aeropuertos y fronteras, a fin de ampliar los horarios de atención de las aduanas del país, además de utilizar las facilidades de despacho de mercancías que la normativa nacional y los convenios internacionales disponen, para poder compensar los costos crecientes de importación de bienes y materias primas.
  3. Las empresas que operan puertos marítimos deben estar preparadas para operar al máximo de su capacidad y buscar disminuir de esta forma los costos de logística. En ese sentido debe dársele al puerto de JAPDEVA todas las facilidades para que opere al máximo de su capacidad física y complemente el trabajo de APM Terminals en Limón, a fin de aprovechar al máximo la capacidad instalada en beneficio de empresas importadoras y consumidores.
  4. El gobierno central podría aprovechar las condiciones existentes para buscar más financiamiento en el exterior, a fin de sustituir una parte importante del financiamiento que requiere a lo interno del país. Unas tasas de interés internacionales bajas y una situación fiscal del país en proceso de mejora, permitirían conseguir financiamiento externo más barato, reducir el gasto en intereses y traer al país dólares para ayudar a solventar necesidades adicionales de esta moneda. OES recomienda valorar presentar ante la Asamblea Legislativa una solicitud adicional de financiamiento externo, que se pueda aprovechar en el corto plazo.
  5. Si bien hay poco que hacer ante los mayores precios internacionales de los combustibles, seguir enfatizando en el teletrabajo como una forma de reducir el consumo de hidrocarburos es muy importante. Esta debería convertirse en una forma de racionalizar la movilización de personas por carretera, reducir la demanda de combustibles y las importaciones de esta fuente de energía.
  6. El aumento del costo del transporte, los problemas derivados del COVID y los fenómenos climáticos extremos que hemos visto este año, podrían complicar el acceso a mercados de alimentos y encarecer su precio, impulsando también la inflación local y creando dificultades de acceso a bienes básicos alimentarios para la población de menores ingresos. En ese sentido es urgente una política de seguridad alimentaria nacional, mejorar las condiciones de los productores agrícolas y facilitar la comercialización de sus productos.
  7. A los consumidores se les recomienda programar sus compras de fin de año con suficiente anticipación, para evitar sorpresas desagradables y problemas de disponibilidad de productos y eventuales aumentos en el precio. Aprovechar promociones de temporada y hacer compras ajustadas a un presupuesto familiar, es importante para evitar desequilibrios financieros al inicio del año.

La situación que vive el mundo es incierta, aún no existe claridad de la extensión del problema de la cadena de suministros o el impacto en los desequilibrios del mercado del gas, y su impacto en otros mercados de energía. Ante la incapacidad de influir en el desenlace de esta situación, el espacio con que cuenta el país es prepararse para enfrentar las consecuencias de esto de la mejor forma, tanto desde el punto de vista financiero como de logística. En ese sentido OES-UNA no recomienda compensar los efectos derivados de estos problemas con reducciones de impuestos, pues reducen la capacidad de la institucionalidad pública para afrontar estos problemas, reducirían (o compensarían) el precio final al consumidor pero no su costo internacional, lo que podría llevar a una mayor demanda de divisas y trasladar el costo de estos problemas a las finanzas públicas de una manera desordenada, vendría a crear problemas fiscales sin un impacto positivo en la actividad económica.

Las últimas semanas del 2021 y las primeras del 2022 serán fundamentales para entender cómo esta situación podría terminar de desenvolverse. Aunque es pronto para asumir eso, en el tanto estos problemas se extiendan se podría combinar un repunte global en precio con una caída de la actividad económica. Por esa razón llamamos la atención para que estas situaciones sean recibidas con la preocupación debida por las autoridades del país y se planteen medidas para compensar o reducir sus eventuales efectos negativos”, concluyó Rodríguez.

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